Cultura | TRUENO

Rimas callejeras

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Facundo Arroyo

Surgido al calor de las batallas de freestyle, el rapero apostó al formato canción, multiplicó su público vía streaming y terminó como invitado de Gorillaz.

Atrevido. A caballo de sus grabaciones, el cantante nacido en La Boca experimentó un crecimiento notable en los últimos años.

TÉLAM

Un trueno que retumba entre las paredes de la gran ciudad. Mateo Palacios Corazzina nació el 25 de marzo de 2002 en el barrio de La Boca. En el ambiente del freestyle aseguraban que estaba destinado a ser el mejor competidor de la historia argentina. De hecho, algo de eso sucedió, porque a los 17 años ya era campeón de la FMS y la Red Bull, las dos batallas de gallos más importantes. Pero el chico que se hizo llamar Trueno pegó un volantazo en 2019 y quiso dedicarse de lleno a la música. «Me retiro de las batallas», anunció. Así, antes de llegar a los 18 grabó su primer disco: Atrevido. Y en mayo pasado lanzó su sucesor, Bien o mal, luego de participar en el show de Gorillaz en Tecnópolis (ver recuadro). Si bien el año 2020 fue clave para su vida, él mismo sabe que lo mejor todavía no llegó. El crecimiento del freestyle en Argentina generó una nueva cultura juvenil, que quebró paradigmas y se apoderó de la atención. Al principio –hablamos del año 2017–, la fuga de la rima improvisada forjó los primeros referentes del trap. Se tomó como el desprendimiento natural de la cultura hip hop, mezclado con sabores típicos de América Latina. Hubo referentes como Duki y Neo Pistea que también abandonaron las batallas para dedicarse a las grabaciones. Pero luego la escena se diversificó y fueron varios los freestylers que empezaron a hacer música a partir de la canción rapeada. Ahí estuvo Wos como abanderado y pronto se sumaron otros como Ysy-A y, en efecto, el pequeño Trueno.

Latinoamericanismo
Al igual que para otros artistas que no alcanzaron la masividad con la misma velocidad que los primeros referentes del trap, para Trueno hubo sucesos artísticos que sirvieron de sostén. Uno muy claro fue las sesiones de Bizarrap, el productor que usa su canal de YouTube para convertir cada tema que pasa por sus manos en una pieza viral. Trueno no solo se anotó con uno propio, sino que también se sumó al de la trapera Nicki Nicole. De esas juntadas nació el amor y así Trueno construyó un perfil definitivo: el rapero que salía con Nicki Nicole y que se convertía en el más escuchado del género en Spotify Argentina gracias a su disco Atrevido (en el que participaron ella, Bizarrap y también Wos). En la nueva escena los referentes se retroalimentan mutuamente: la unión hace la fuerza. La temporada en curso pinta intensa para el cantante, con la salida de Bien o mal, su segundo trabajo solista. «Quería hacer un disco que sonara a Latinoamérica», contó el músico. En ese tono, el LP cuenta con canciones como «Argentina» y «Tierra Zanta». En la primera, junto a Nathy Peluso hacen una crónica callejera del país. Y en la segunda, más cerca de sus preferencias estéticas, aparece Víctor Heredia, un referente de la música popular. Allí Trueno samplea a Atahualpa Yupanqui, invita a cantar a Heredia con esa base de milonga, abreva en el freestyle sobre una base de candombe, intenta emular a Horacio Guarany y, además, genera su propia visión social de Latinoamérica. Todo hecho por un artista que, en cada disco, le busca la novedad a la canción rap en Argentina.

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