17 de mayo de 2025
El argentino retorna este domingo a la Fórmula 1 con la escudería Alpine. El furor del público y su sueño de nutrir una historia que tuvo a figuras como Fangio y Reutemann, entre otros grandes.

Figura. El piloto nacido en Pilar habla de su regreso a la máxima categoría, este 18 de mayo.
Foto NA
Tras su promisoria actuación en 2024, a bordo de un Williams, el argentino Franco Colapinto vuelve a la Fórmula 1. Lo hará en el Gran Premio de Emilia Romaña, en Imola (Italia), este domingo 18 de mayo, representando a la escudería francesa Alpine. Su vuelta será, según informó Alpine, para correr en al menos cinco grandes premios de la actual temporada: el mencionado Emilia Romaña; Mónaco, Francia (25/5); España (1/06); Canadá (15/06); y Austria (29/06). «Obviamente que para mí es un sueño hecho realidad poder estar en la F1. Ahora cumplí otro que es volver. Ojalá sea un camino muy largo y por muchos años», dijo el argentino. Colapinto, cabe recordar, regresa al Gran circo, como llaman a la F1, en reemplazo de Jack Dohan, quien tuvo una labor que no conformó durante las primeras seis carreras.
Como ocurrió en 2024, hay mucha expectativa por el retorno del argentino. Y se enmarca en el furor que despierta hoy la F1, algo que no se vivía desde el retiro Carlos Alberto Reutemann, en 1982. Fue nuestro último gran referente en una categoría que llegó, con Colapinto, a los 26 representantes desde su inicio, en 1950. Pero ninguno logró triunfos como Juan Manuel Fangio, dueño de cinco títulos mundiales (1951, 54, 55, 56 y 57) e ícono, aunque lo hayan superado Michael Schumacher y Lewis Hamilton (aún en vigencia) con siete. De los tiempos de Fangio se recuerda además a José Froilán González (primera victoria de Ferrari en un GP y subcampeón en la temporada de 1951), el gran ídolo del automovilismo nacional Oscar Gálvez, Onofre Marimón, Pablo Birger, Roberto Bonomi, Clemar Bucci, Jorge Daponte, Alejandro De Tomaso, Nasif Estefano, Jesús Iglesias, Alberto Rodríguez Larreta, Adolfo Schwelm Cruz, Carlos Menditeguy, Alfredo Pián, Juan Manuel Bordeau, Alberto Crespo y Roberto Mieres. Y después de Reutemann, Ricardo Zunino, Miguel Ángel Guerra, Oscar Larrauri, Norberto Fontana, Esteban Tuero y el mencionado Mazzacane.

Primera práctica. Prueba clasificatoria en Imola con su nuevo auto.
Foto: Getty Images
En toda la pista
La Fórmula 1 es la Champions del automovilismo deportivo, trazando una analogía con el fútbol. Tras los dorados 70, 80 o 90 tuvo un bajón internacional que se tradujo en cierto desinterés. Resurgió en los últimos años, cuando la organización quedó a cargo del conglomerado de empresas Formula One Group. Acorde a la actualidad, Netflix fue –con un reality– una punta de lanza para que recuperara el glamour. Acapara el lujo máximo, mueve fortunas y hasta compite en tierras árabes. Y sus pilotos llegan por condiciones y, sobre todo, por sponsors.
El caso de Colapinto se inscribe en esta actualidad de la máxima categoría del deporte automotor. Nacido en Pilar, provincia de Buenos Aires, el 27 de mayo de 2003, Franco formó parte del mundo del automovilismo nacional hasta que a sus 14 años empezó en soledad su recorrido europeo. Desde Williams, una de las escuderías más referenciales de la categoría, entendieron que en el argentino estaba el futuro. Le dieron tiempo y lo formaron. Le llovieron elogios. Y no defraudó cuando le tocó debutar en la Fórmula 1. El argentino corrió los últimos 9 grandes premios de 2024 y tuvo buenas actuaciones, si bien fue de mayor a menor. Sumó puntos en las primeras carreras, pero luego los accidentes y los abandonos lo fueron relegando.
Más allá de los resultados y de las incidencias, el pilarense logró visibilidad, atrajo audiencias con su carisma y se ganó el afecto del público argentino, no solo el de los seguidores del automovilismo. De ahí que genera muchísimo interés su vuelta con Alpine, la escudería con la que Colapinto aspira a instalarse definitivamente en el gran circo de la Fórmula 1.