Deportes | NÉSTOR «CHE» GARCÍA

Hombre de básquet

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Roberto Parrottino

Con experiencia en equipos y selecciones de nueve países, el técnico afronta el reto de mantener a Argentina en lo más alto sin los referentes del ciclo dorado.

En casa. La última experiencia del DT bahiense en el país fue en San Lorenzo.

MARCELO ENDELLI

Néstor «Che» García entrenó a 21 equipos en nueve países antes de convertirse en el nuevo entrenador de la selección argentina de básquet. El reemplazante de Sergio «Oveja» Hernández es un trotamundos de la pelota anaranjada. A los equipos, hay que sumarle cinco pasos por selecciones: al frente de Uruguay, Venezuela y República Dominicana y, como asistente, de Argentina y Puerto Rico. Pero ahora afrontará lo que calificó como «la mayor responsabilidad de su carrera». No será tarea sencilla: durante los dos ciclos de Hernández, Argentina logró la medalla olímpica de bronce en Beijing 2008 y el subcampeonato del mundo en China 2019. Y, con el retiro de Luis Scola en los Juegos de Tokio, ya no tendrá a mano a ninguno de los grandes referentes de la Generación Dorada. El Che García está, sin embargo, donde soñaba estar. A los 56 años, debutará como único entrenador de la selección argentina de básquet el 25 de noviembre, como local ante Paraguay, en el inicio de la clasificación para el Mundial 2023 que se disputará en Filipinas, Japón e Indonesia. El Che irá por la victoria siempre.
El encuentro de García con la selección parecía un destino inevitable. «Era el candidato natural», dijo Fabián Borro, el presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol, que además mantiene una relación de amistad. La larga y exitosa trayectoria de García así lo demuestra. El Che comenzó su carrera en Gigantes de Carolina de Puerto Rico, como ayudante, a los 23 años, en 1989. Ahí, en el Caribe, recibió el apodo que lo acompaña desde entonces, y dejó atrás el «Checho» de Bahía Blanca. Más adelante, revolucionó el básquet de la selección venezolana y se destacó en el humilde Montakit Fuenlabrada de la Liga ACB española. Y volvió a Argentina, donde ganó con San Lorenzo el Súper 20 de 2020. Ya había salido campeón de la Liga Nacional con Peñarol (1994) y subcampeón con Boca (1998).
Detallista, verborrágico, eléctrico, pasional y magnético, el Che había sido asistente de Julio Lamas en la selección argentina durante el Preolímpico 2011 y había estado al frente del equipo en el Sudamericano 2012, cuando salió campeona invicta en Chaco. Pero ahora comienza otro camino, uno que lo enlaza con sus raíces profundas, con el gen de la argentinidad.

Títulos históricos
Los desafíos del Che García como entrenador de la selección, en términos de juego, son variados: Argentina tratará de hacerse fuerte desde la defensa, un pilar en el que se basó para llevar a Venezuela a conquistar los títulos históricos del Campeonato Sudamericano en 2014 y 2016. Y al no contar con especialistas en el tiro, buscará «propiciar una buena selección de tiros». También sabe que no dispone con muchos jugadores de altura, grandes, de buen nivel. Scola, máximo goleador histórico de la selección argentina (2.791 puntos en 169 partidos), fue el último mohicano. Con el retiro de Scola en los Juegos de Tokio, el base Facundo Campazzo será el capitán de la selección. El Che García lo conoce: Campazzo debutó en aquel Sudamericano de 2012. También coincidieron en la liga de España. El rearmado a futuro, entonces, será un mix.
La nueva selección que se avecina a disputar la clasificación al Mundial tendrá casi en su totalidad jugadores de la Liga Nacional, ya que no podrán venir los NBA ni los de la Euroliga. García, avisó, recorrerá provincia por provincia. «Este es un ciclo totalmente nuevo –avisó el entrenador–. La Generación Dorada va a estar siempre, como sus técnicos, porque a la selección no se la deja. Pero este ciclo trae una información a la que me voy a adaptar, porque es muy valiosa, respetada y probada. Después están las cosas que pueda sumarle yo, pero creo en la existencia complementaria porque siento que eso te mejora como grupo. Estamos en un nuevo ciclo con la salida de Luis Scola por su liderazgo, por ser el hombre alto del equipo, el goleador y por lo que simbolizó. Confío mucho en los jugadores. Acumulan bagaje, experiencia en la NBA y Europa, y son jóvenes que ya tienen un recorrido».

Estilo dinámico
En el camino del nuevo ciclo, la comunicación será otro de los pilares. A García lo acompañará en el staff técnico Leonardo Gutiérrez, exjugador de la Generación Dorada, que dirigió a la selección argentina Sub 16. «Con la salida de Scola se abre un lugar para pibes jóvenes, como Juan Fernández y Francisco Caffaro. Los equipos del Che históricamente han tenido un estilo dinámico, agresivo, intenso, de ataques rápidos, de defensas presionando, de arriesgar, muy basado en la escuela de Centroamérica. Aunque cada vez más los equipos tienden a jugar así, con posesiones más cortas. Como gran recurso destacado por muchos, en el banco es un tipo muy vivo, muy inteligente para detectar ajustes y cambios en medio del partido, y también para leer y no temerle a improvisar cuando es necesario. Es muy intuitivo», dice a Acción Diego Brunetti, periodista, exjugador y entrenador de básquet, y agrega: «En cuanto a la conducción y el vínculo, lo quieren en todos lados. La diferencia con Oveja Hernández quizás es que el Che García es más informal, a lo mejor puede festejar sacado en un vestuario».
Durante 33 años, el Che García era llamado «el entrenador argentino» en el exterior. Ahora, dice, será «el entrenador de Argentina». El proceso ya está en marcha. Los tres conceptos guía son, según el entrenador, el compromiso, el estar enfocado, y que no hay nadie más importante que la selección. En el día del debut al frente de Argentina, después de escuchar tantas veces el himno nacional desde el banco rival, el técnico ya advirtió que deberá dominar las emociones. «Pero lo que más me gustaría a mí como entrenador de la selección argentina –dijo– es que juguemos bien al básquet y que a la gente le guste cómo juega la selección, que la gente se identifique. Después, el resto va a venir». El resto, el año que viene, será la FIBA AmeriCup 2022. Y un poco más lejos, aunque no tanto, los Juegos Olímpicos de París 2024. El Che volvió a la Argentina, pero para dirigir a la selección.
«La argentinidad en el deporte es dar un extra», repetía mientras recorría el mundo de la mano del básquet. Ahora está de vuelta en casa. Ese extra lo dará en Argentina, el equipo de sus sueños.

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