Humor | Rudy

Fiebre de primavera

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Rudy

«Viene llegando la primavera, sembrando flores en nuestro vergel», decía aquella vieja canción que quizás nos enseñaron allá, por los tiempos de la primaria. Luego crecimos y la recordamos, aunque seguimos sin saber qué quiere decir «vergel».
Pero a Rebequita y a Tobías eso mucho no les importaba. Ellos disfrutaban del atardecer primaveral, con sus floreceres, sus despertares, sus golondrinas migrantes y sus típicos ataques de alergia que hacen que la primavera sea lo que es.
Y en medio de esa escena bucólica, idílica y eventualmente etílica, la voz de Rebequita surge contundente:
–Tobías de mis almodóvares, ¿vos estás seguro?
–¿Seguro de qué, Rebequita de mis banderas flameantes?
–No lo sé, Tobías. Si lo supiera, no te lo preguntaría a vos. ¿Qué clase de hombre sos, que en lugar de protegerme, me transmitís tus inseguridades a mí, frágil dama del amanecer o bien de la merienda?
–Pues eso tampoco lo sé, Rebequita de mis decontrucciones inclusivas. Si vos me preguntaras por alguna inseguridad puntual, pongámosle el sentido de la vida, la existencia de Dios, o el precio del tomate mañana por la tarde, yo podría darte alguna respuesta.
–¡Ay, Tobías de mi cataplasma! ¿En serio sabés cual es el sentido de la vida, la existencia de Dios, o el precio del tomate mañana a la tarde?
–No lo sé con exactitud, pero podría decirte que filósofos, antropólogos y consumidores se han devanado los sesos, y ellos tampoco han encontrado respuesta alguna a ninguna de las tres incógnitas, porque realmente son incognoscibles, pero si no lo fueran, serían incomunicables.
–¡Tobías, no te hagas el sofista conmigo!
–Tú bien lo sabes, que jamás he sido sofista, yo soy rebequista de la primera hora, además esa Sofía no sé ni quién es.
–¿Cómo no vas a saber quién es Sofía? Es la novia, bueno, el filito de mi primo Platonóteles. Por eso a él le dicen «Filo-sofía», en la familia. Pero vos sos un inseguro. ¡Y seguro que sos un inseguro porque tenés miedo de ir a la cárcel! Desde que te enteraste de que a Seguro lo llevaron preso, no sé… estás como bifásico.
–¿Bifásico?
–Bifásico, bipolar, binario, binocular, binorma…
–¡Binorma, no! Ya te dije que no hay ninguna Norma, solo vos, Rebequita.
–¡Ay, Tobías, qué romántico! ¿En serio solo estoy yo?
–Solo vos, Rebequita, solo vos, no hay nadie, pero nadie más.
–Ay… ¿ves cómo sos? Me dejás sola con todas mis inseguridades. Quizás algún colibrí atinó a posarse cerca y mejorar el clima con su presencia. O una golondrina. O un lagarto. Lo que sea.

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