Economía | DISTRIBUCIÓN Y EQUIDAD

El reparto de la torta

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Mirta Quiles

La participación de los trabajadores en los ingresos generados por la economía pasó del 51,8% en 2016 al 43,1% en 2021. Impacto de la crisis y la pandemia.

Desigualdad. En los últimos años se computó una transferencia de ingresos desde los asalariados hacia el capital de 7,7 billones de pesos.

NA

El último dato del INDEC sobre la distribución del ingreso en Argentina en 2021 reflota los debates acerca de la desigualdad. Si bien las estadísticas para el año pasado revelan cierta mejora poscrisis de 2018-2019 y pospandemia, en su comparación con 2016 ponen en evidencia la caída de la participación de los asalariados en el PIB, que pasó de representar el 51,8% del valor agregado en 2016 al 46,1% en 2019 y el 43,1% en 2021, de acuerdo con el último informe de CIFRA. «Así, en los últimos años puede computarse un transferencia de ingresos desde los asalariados hacia el capital de 7,7 billones de pesos, que equivalen al 46% de la masa salarial y al 19,6% del valor agregado de 2021».
Los datos del cuarto trimestre de 2021 de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) señalan que el 60,4% de la población total percibió algún tipo de ingreso, cuyo promedio alcanzó los 50.622 pesos. Por su parte, el ingreso promedio del estrato más bajo fue de 19.667 pesos y el del estrato alto de 122.191 pesos. Teniendo en cuenta que el costo de la Canasta Básica Total (CBT) de marzo llegó a 89.690 pesos, si en un hogar solo trabaja un integrante, dichos ingresos no evitan que esa familia (integrada por cuatro personas) caiga por debajo del índice de pobreza tanto en el estrato más bajo como en el medio. 
Sin embargo, el INDEC también informó que la distribución del ingreso registró en el cuarto trimestre de 2021 una mejora en el nivel de equidad, debido a que «entre octubre y diciembre pasado el ingreso per cápita familiar de las personas alcanzó 0,413 puntos, contra 0,435 de igual período de 2020». Y señaló también «el 10% más pobre de la población explicaba el 1,9% del total de los ingresos al cierre del año pasado, mientras que el 10% más rico concentraba el 30,5%». 

Preguntas
Ahora bien, si esta mejora en la distribución del ingreso tuvo lugar en un año en que la actividad económica creció un 10,3%, el índice de desocupación llegó a un dígito (7%) y los precios minoristas acumularon un incremento del 50,9%, cabe preguntarse qué sucedió con el promedio del poder adquisitivo de los ingresos. «Aumentó solo 1,6% entre los cuartos trimestres de 2019 y de 2021; de modo que queda aún un 18,1% por debajo si se compara la situación con la vigente en el último trimestre de 2017, previo a la fuerte caída que tuvo lugar al final del Gobierno de Mauricio Macri», señala el informe de CIFRA. Para los investigadores, esto explica que en un proceso de recuperación económica haya un «marcado empeoramiento en la distribución del ingreso, que profundizó el que ya había tenido lugar durante la administración de Cambiemos». Y agregan: «A su vez, persiste una importante desigualdad entre los trabajadores y se amplió la brecha entre quienes más y menos ganan. En el cuarto trimestre de 2017 el ingreso laboral del 10% de los ocupados con mayor ingreso equivalía a 18,4 veces el promedio del 10% con menores ingresos; en el mismo trimestre de 2021 esa brecha creció hasta 24,1 veces. En comparación con la situación previa a la pandemia, el ingreso laboral del 10% con mayores ingresos creció 11,8% en términos reales, mientras el estrato medio continuó cayendo y el más bajo apenas se sostuvo». 
Por su parte, desde el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) señalan que «los actuales niveles inflacionarios y su evolución son incompatibles con la recuperación de los ingresos, componente esencial de una dinámica económica de crecimiento con distribución». Y analizan cuánto deberían incrementarse los salarios del sector privado registrado, público e informal, solo para recuperar lo perdido tras el ajuste del Gobierno de Cambiemos. Si bien en el primer caso, hasta febrero crecieron por encima de la inflación, «para igualar el nivel de ingresos previo al ajuste de Cambiemos, los salarios debían crecer un 28%». Mientras que en el sector público, «el salario real tenía que crecer un 32%». Por su parte, los «informales» son los que más perdieron: «Para retornar a su nivel de poder adquisitivo de 2015, tenían que crecer 45%. En lugar de avanzar en esa dirección, avanzaron en la opuesta: cayeron un 7% más».

Ganadores
También el Instituto Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), en la misma línea de CIFRA, analiza el reparto de los ingresos generados en un lapso más extenso. Entre el primer trimestre 2020 (prepandemia) al cuarto trimestre 2021, la masa salarial perdió 5,2 puntos de participación «como resultado del comportamiento del empleo y los salarios, es decir, que en el contexto de la recuperación de la actividad económica los trabajadores transfirieron en pesos, al cambio oficial, 23.589 millones de dólares. El ingreso mixto, representativo de la fuerza laboral no asalariada informal perdió a su vez 3 puntos de participación en el ingreso generado (transfirió 13.650 millones de dólares en el mismo período)», señalan. Y revela un dato muy importante: «En ese contexto, el excedente bruto de explotación concentrado en la cúpula dominante en términos empresariales se expandió en un 1,2 puntos de participación apropiando 50.357 millones de dólares. Es decir que el excedente creció por encima de lo que la fuerza laboral le transfirió. La razón: el proceso inflacionario le permitió capturar en su favor incluso los subsidios que el Estado expandiera en el período. En otros términos, durante la etapa considerada los subsidios públicos expandieron el ya abultado excedente empresarial en 13.118 millones de dólares adicionales. De esta manera, en el marco de un crecimiento económico del 7,8% en el período considerado, el excedente empresarial se expandió apropiando el 9,3% del PIB del cual el 75% del mismo fue transferido por los trabajadores/as tanto asalariados como no asalariados, tanto formales como informales. El conjunto de la fuerza laboral perdió en total 8,2 puntos de participación en el ingreso que implica haber transferido un total de 37.239 millones de dólares al excedente capturado por el capital concentrado».
Tanto para el informe de CIFRA como para el de IPYPP, el análisis y reversión de la situación económica debe ser analizada y discutida teniendo en cuenta principalmente la distribución del ingreso. Desde IPYPP consideran que las políticas estatales implementadas –como el refuerzo para monotributistas y empleadas de casa particulares; el bono a jubilados; el incremento de la AUH y del salario mínimo, vital y móvil– inciden solo como «una estrategia de compensación». Desde CIFRA, en tanto, afirman que «ante el deterioro acumulado en las condiciones de vida de las y los argentinos, esperar a que solo el libre mercado mejore estas condiciones implica sostener el empobrecimiento e incluso dificultar la propia recuperación de la economía».