Economía | HIDROCARBUROS

Producción incentivada

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Daniel Víctor Sosa

Con un barril de petróleo cercano a los 115 dólares, el Gobierno ratificó su esperanza de sacar pronto partido de las inmensas reservas localizadas en Vaca Muerta.

Loma Campana. Plataforma de perforación en el yacimiento de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén.

NA

Un nuevo incentivo a las petroleras, el Régimen de Acceso a Divisas para la Producción Incremental de Hidrocarburos, facilitará a las operadoras un mayor monto de divisas (al tipo de cambio oficial) con las cuales atender urgencias financieras e importar los equipos de extracción necesarios. El beneficio está supeditado a incrementos en la producción de petróleo (20% más) y de gas natural (30%), con respecto a los volúmenes logrados en 2021, considerando la actividad tanto en el reservorio neuquino como en el resto de las cuencas.
El presidente Alberto Fernández encuadró el nuevo régimen en un contexto de «crisis en la economía mundial y en la provisión de gas y petróleo», mientras Argentina tiene «todo lo que el mundo reclama hoy en materia energética, que es el gas, cuyo potencial de exportación es inmenso». Por su parte, el secretario de Energía, Darío Martínez, aseguró que la medida resolverá «los cuellos de botella que tiene la industria, para escalar aún más en la producción», a fin de sustituir importaciones.
Se espera que el régimen permita destrabar las inversiones clave para el desarrollo del sector, posibilitando así la producción de gas natural requerida para abastecer el Gasoducto Néstor Kirchner, una vez finalizada la obra.
Las proyecciones oficiales son optimistas: el nuevo régimen y la concreción de las distintas obras de infraestructura incorporadas en el Plan TransportAr del Gobierno nacional determinarían, hacia 2026, incrementos del 71% en la producción de petróleo, y del 30% en la de gas. Lo cual añadiría hasta 18.000 millones de dólares anuales provenientes de las mayores exportaciones.
La política sectorial tiene como antecedente al Plan Gas, lanzado durante esta gestión, que permitió aumentar la producción y redujo importaciones por 6.000 millones de dólares.
Por lo pronto, el régimen de acceso de las petroleras al mercado cambiario prevé que las divisas podrán ser destinadas al pago de capital e intereses de pasivos comerciales o financieros con el exterior (incluidas obligaciones con empresas vinculadas no residentes). También para el pago de utilidades y dividendos, y para repatriación de inversiones directas de no residentes.
Si bien YPF lidera el negocio, la importante participación de firmas extranjeras requiere una gradual normalización en las reglas de juego, defienden los funcionarios. Analistas críticos, sin embargo, ponen reparos a la prioridad asignada al sector hidrocarburífero, en un escenario de escasez de divisas. Cuestionan además que no se hayan dispuesto montos mínimos de inversión. O que se tome como base la producción de 2021 en lugar de los últimos 12 meses, ya que las empresas corren con la ventaja del incremento productivo registrado en enero-abril pasados.
En todo caso, el ministro Martín Guzmán evaluó la medida como una vía de solución, a mediano plazo, de la tradicional restricción externa que jaquea a la industria local.

Alcances
El nuevo régimen, por lo demás, prevé que las empresas obtengan porcentajes adicionales de divisas si contratan firmas locales de servicios especiales. Así como también por la cobertura del mercado interno (lo que favorecerá particularmente a YPF).
La misma flexibilización del «cepo» cambiario alcanzaría a quienes demuestren una producción incremental en pozos de baja productividad; y por la inversión en exploración y explotación de hidrocarburos en cuencas marginales.
Los funcionaros destacan el avance hacia una mayor «soberanía hidrocarburífera», y la perspectiva de un mayor valor agregado nacional en la producción. En este sentido se considera que los incentivos podrán transferirse total o parcialmente a proveedores directos de las petroleras.
Por lo pronto, el nuevo régimen contó con la aquiescencia de gobernadores de las provincias productoras, los principales gremios del sector y de empresas operadoras (Techint, Pan American Energy, Vista, CGC, Shell, Total, Chevron y ExxonMobil, entre otras).
A futuro, la estrategia gubernamental pone su atención en una planta de licuefacción, para el traslado del fluido por vía marítima. «Para ponerla en funcionamiento cuanto antes vamos a mandar al Congreso una ley que establezca en qué condiciones promovemos la inversión para esas instalaciones», adelantó el presidente.

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