Política | INTERNAS DE LA DERECHA

El desguace del PRO

Tiempo de lectura: ...
Lucía Aisicoff

Los dirigentes macristas saltan de a uno a las filas libertarias. Ritondo y Santilli sellaron un acuerdo con Karina Milei en la provincia de Buenos Aires para alinearse con el objetivo de vencer al peronismo.

Casa Rosada. Ritondo y Santilli salen tras una reunión junto al armador mileísta Sebastián Pareja.

Foto: Enrique García Medina

El PRO, partido que Mauricio Macri instaló como una empresa eficiente, pragmática y moderna, atraviesa hoy una etapa crítica. Luego de la paliza que sufrió en la elección porteña, donde su candidata Silvia Lospennato salió tercera, ahora los pocos dirigentes de peso que le quedaban al partido empiezan a sellar su pase –algunos de modo discreto, otros con estruendo– a las filas de La Libertad Avanza (LLA).

En los últimos días quedó sellada la «alianza» entre los libertarios y el PRO en la provincia de Buenos Aires. El término con el que fue anunciada no es preciso: todo indica que se tratará, más bien, de la profundización de una estrategia de fagocitación, lenta pero eficaz, con la que Javier y Karina Milei ejecutaron un vaciamiento del partido amarillo. El presidente tuvo una relación tóxica con Macri, a quien antes llenaba de halagos, pero ahora cada vez que puede le demuestra que ya no lo necesita.

La postal más cruda de esta dinámica la dejó el Tedeum por el 25 de Mayo, cuando Milei dejó a Jorge Macri con la mano extendida en la Catedral. Después escribió en su cuenta de X: «Roma no paga traidores». La excusa del mandatario fue su enojo con el asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, quien asesoró al jefe de Gobierno porteño en la campaña, al que acusa de haberle jugado sucio en 2023 cuando trabajaba para Sergio Massa. Sin embargo, contra lo que quisieron instalar los libertarios, el desplante de Milei no fue un arrebato de furia sino un gesto calculado. Un mensaje político, tanto para Jorge como para Mauricio.

Un día después de la escena, Karina Milei, su armador Sebastián Pareja y sus socios Martín y Eduardo «Lule» Menem recibían en la Casa Rosada a dos de las figuras más prominentes que le quedan al PRO en la provincia de Buenos Aires: Cristian Ritondo y Diego Santilli. La conclusión del encuentro fue que llegaron a un acuerdo para que haya un frente único en la elección bonaerense, que probablemente no contenga resabios de la identidad del PRO. Sebastián Pareja ni siquiera se esforzó en disimularlo: sugirió que el nombre debería ser Frente La Libertad Avanza. Lo que algunos describen como alianza, para otros huele a rendición.

Mauricio Macri mira desde Europa estos acercamientos. En su entorno aseguran que le pasó la posta a Ritondo para negociar. La foto hizo mella en lo que queda del PRO, aunque también en el peronismo. El acuerdo con los libertarios podría derivar, para el oficialismo bonaerense, en una doble derrota: primero en septiembre y luego en octubre, ya que las elecciones serán desdobladas. La amenaza de perder tampoco logró, en la práctica, generar un acercamiento entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof. Ambos sugieren que debe haber un acuerdo de unidad, pero en las últimas semanas no avanzaron en ese sentido.

Malestar y pases de factura
El macrismo se diluye sin ruido. No hay épica en lo que parece ser su final, aunque en la Ciudad continúan los pases de factura. Algunos dejan entrever su malestar porque consideran que Jorge Macri –el último Macri con poder institucional– no tuvo una reacción a la medida de la derrota de Lospennato. Les dijo a los suyos que no habrá cambios de gabinete y siguió de largo, como si la debacle no hubiera ocurrido.

La candidata del PRO apenas alcanzó el 15,91% de los votos, la mitad de los obtenidos por el libertario Manuel Adorni. El dato es más alarmante si se cruza con otro: el 46,7% del padrón decidió no votar. Muchos analizaron que hubo un desgaste de la gestión PRO y que creció la mala imagen en el último tiempo, ya que no solo el candidato de Milei le comió votos, sino también la lista de Horacio Rodríguez Larreta. El exjefe de Gobierno porteño festejó haber alcanzado su meta, en una elección con la que quería demostrar que aún tiene aceptación y sobrevida política. En el fondo, lo que celebró fue restarle votos a los Macri. En ese contexto, algunos dirigentes le demandan a Jorge Macri que ponga a jugar a los pocos pesos pesados que le quedan al partido. Aunque la demanda es más amplia, hay un nombre propio que sobresale: el de María Eugenia Vidal, que podría ocupar un rol importante en el gabinete porteño.

El pedido de incluir caras conocidas tiene un apuntado: Gabriel Sánchez Zinny, jefe de Gabinete, quien carga con el mote de haberle serruchado el cargo a Néstor Grindetti, un histórico del PRO. Algunos cuestionan a Zinny por no haber estado a la altura del cargo. Otro nombre que evocan es el de César «Tuta» Torres, secretario de Atención Ciudadana y armador clave de Jorge Macri. ¿Qué hará el PRO para no poner en riesgo su gobernabilidad durante los próximos años? El runrún es que cuando Mauricio Macri vuelva de Europa intentará intervenirle el gabinete a su primo.

Desaire. Milei le negó el saludo al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, en la Catedral metropolitana.

Foto: Captura de pantalla

Marca degradada
Milei y Macri volvieron a hablar luego de meses de criticarse a través de los medios. El expresidente lo felicitó por la victoria de Manuel Adorni en la Ciudad, aunque no está previsto –al menos hasta ahora– que se reúnan cuando regrese. La pregunta que sobrevuela en los despachos de Uspallata es cómo enfrentará el PRO a LLA en octubre en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Tolerará, una vez más, perder contra los Milei y el peronismo? En CABA se eligen tres senadores nacionales; dos los obtiene el ganador y uno se lo queda el que salga segundo. Si el PRO se quiebra o se diluye, pierde el poder de negociación. Lo saben. Por eso, algunos ya sugieren que, si se cierra un acuerdo en provincia, no habría que descartar una coalición en la Ciudad.

No es fácil, pero tampoco imposible, ya que la política tiene memoria corta y el macrismo buscará evitar que le firmen este año su acta de defunción. El PRO deberá redefinirse si todavía aspira con evitar su desguace.

Como contracara de esa situación, Javier y Karina Milei viven sus días de gloria. Él, como la cara del experimento libertario; ella, como su principal armadora, lograron consolidar una tesis: su potencia no fue una sorpresa electoral de corto plazo, sino el inicio de la creación de un partido que se extiende en el país y se revalida en las urnas. Macri, desdibujado, sabe que acaso haya perdido lo que durante todo 2024 funcionó como su principal activo: el poder de daño, latente, que tenía sobre el Gobierno de Milei. Ahora fue barrido por los Milei. En este nuevo orden político, el PRO se convirtió en una marca degradada por el proyecto de derecha que se comió no solo a su electorado, sino también a sus principales dirigentes.

Estás leyendo:

Política INTERNAS DE LA DERECHA

El desguace del PRO

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.