14 de junio de 2025
Célebre. Cruz Guerrero interpreta al Chavo del 8, la creación de Gómez Bolaños.
Chespirito: Sin querer queriendo
Directores: David Ruiz y Julián de Tavira
Protagonistas: P. Cruz Guerrero, P. Dávila, B. López, A. Barba, A. Noli
HBO Max
Chespirito: Sin querer queriendo reconstruye la vida y la obra de Roberto Gómez Bolaños, creador de personajes memorables como el Chavo del 8 y el Chapulín Colorado, con una narrativa que, lejos de funcionar como simple homenaje, se adentra en las tensiones que marcaron su recorrido, desde la época en la que se desarrolló hasta las relaciones personales y el legado cultural que dejó tras de sí.
En un contexto audiovisual saturado de biopics (Luis Miguel, Miguel Bosé, Camilo Sesto, Fito Páez, Sandro) que operan sobre la lógica de la nostalgia, la producción mexicana se inscribe en esa tendencia, aunque sin reproducirla mecánicamente. No se limita a reconstruir la trayectoria pública de una figura que marcó a generaciones de espectadores latinoamericanos, sino que ensaya una aproximación al artista cuya obra devino en emblema del humor televisivo popular.
Compuesta por ocho episodios y dirigida por David Ruiz y Julián de Tavira, con guion de los hijos del comediante, Roberto y Paulina Gómez Fernández, la historia traza un recorrido que abarca desde la infancia de Gómez Bolaños en Ciudad de México hasta los años de mayor exposición mediática, entre las décadas del 50 y el 80. Más que reconfigurar cronologías o replicar escenas icónicas, se propone una excavación en las raíces emocionales y creativas de un estilo humorístico.
Pablo Cruz Guerrero interpreta a Gómez Bolaños en sus múltiples dimensiones, tanto como creador de personajes que se volvieron arquetipos (el Chavo del 8, el Chapulín Colorado, el Doctor Chapatín) como figura pública que debió afrontar las consecuencias de su fama, en una actuación que no se apoya en la imitación de gestos o tonos, sino que intenta transmitir la tensión entre la exposición masiva y la fragilidad del artista.
El elenco incluye a Paulina Dávila junto a Bárbara López, Arturo Barba y Andrea Noli; mientras que los célebres María Antonieta de las Nieves y Edgar Vivar participan a través de cameos, al igual que Roberto Gómez Fernández y Esteban Valdés, hijo de Ramón Valdés.
Chespirito: Sin querer queriendo no elude los momentos conflictivos, ya que da cuenta de la ruptura con su primera esposa y del inicio de su relación con Florinda Meza, al tiempo que se ocupa del conflicto con Carlos Villagrán, cuya salida del programa marcó un punto de inflexión en el elenco original. Lejos de ser presentados como anécdotas marginales, estos episodios se integran al desarrollo narrativo y permiten una lectura más compleja del personaje.
La serie también ofrece una mirada sobre los modos de producción televisiva en América Latina, donde los dilemas creativos, las decisiones comerciales, el desgaste asociado al reconocimiento y la precariedad estructural del sector exceden la biografía individual y se proyectan como radiografía de una época.
Más allá de las referencias personales, Chespirito se presenta como una figura simbólica: emblema de un humor sin cinismo, imagen persistente de una infancia que no se desvanece y ejemplo de cómo lo popular puede vincular lo afectivo con lo político. La narrativa avanza entre el homenaje y la revisión crítica, subrayando que los mitos no siempre se forjan desde lo excepcional: a veces basta una frase o un tropiezo para que algo se grabe en el imaginario colectivo.
En ese recorrido, no solo recupera la historia de un creador, sino que revisa el modo en que una obra puede trascender a su autor, moldear generaciones y, al mismo tiempo, revelar contradicciones. Entre la risa, la memoria y la interpelación, la serie propone mirar de nuevo aquello que se creía conocer.
