28 de enero de 2014
Vivo en La Paternal desde hace más de 30 años. Como tantos otros usuarios estuve varios días sin luz; en realidad, casi tres semanas. Además de la gran cantidad de comida que tenía en el freezer, que tuve que tirar, lo que más me afectó fue mi fuente de ingresos, ya que trabajo en casa con la computadora ingresando textos y cifras en bases de datos. Visto desde afuera puede parecer algo mínimo comparado con comercios que debieron bajar las cortinas, especialmente los dedicados a comestibles, pero lo cierto es que esto me complicó bastante la vida. Tuve que trabajar en varios cíber con computadoras viejas, lentas, y con espacio mínimo. En casi todos los locutorios a los que fui me negaron más lugar que el que puede ocupar una persona frente al monitor, incluso pagando un poco más. En fin, el mío, un pequeño drama, entre los miles que hemos sufrido los vecinos de Buenos Aires y grandes áreas del Conurbano.
José Améndola
Ciudad de Buenos Aires
