25 de febrero de 2015
La bicicleta es probablemente el medio de transporte urbano más utilizado en todo el mundo. De acuerdo con datos oficiales, en nuestro país durante la última década la producción nacional de bicicletas creció un 160% y, en la actualidad, abastece al mercado local casi en su totalidad, siendo el 98% de sus componentes de fabricación nacional. Las calles de muchas ciudades del país así lo testimonian, como los cientos de miles de usuarios que cada día se montan a una bicicleta para trabajar, pasear, recorrer distancias cortas o para hacer ejercicio.
Los testimonios más antiguos sobre este vehículo se remontan hasta las antiguas civilizaciones de Egipto, China e India. Pero en el mundo occidental se reconoce al constructor Ernest Michaux como el precursor directo de la bicicleta. El invento de Michaux , la Michaulina, se empezó a producir en serie en el siglo XIX y muy pronto su uso se popularizó entre las clases trabajadoras francesas. Así, la bicicleta tal como la conocemos hoy se extendió rápidamente por todo el mundo industrializado. En 1896, una bicicleta podía costar el salario de tres meses de un trabajador medio, pero ya en 1909 se había reducido a menos de un mes de trabajo.
Juderkis llegó a la Ciudad de Buenos Aires por una beca de estudios. Junto con los libros indispensables para su especialización guardó lugar para su bicicleta plegable. «Desde hace años en mi ciudad, Medellín, me manejo solamente en bicicleta. Y cuando tuve que venirme para acá ni lo dudé, la traje», cuenta sonriente la colombiana. Provista de casco, la joven surca cada día la ciudad: desde su departamento hasta la facultad, de allí hasta lo de algún amigo, y también algún fin de semana la sube al tren y recorre las calles del Conurbano norte. Gerónimo, un rosarino de veintipico de años «bicicletea» hasta su trabajo cada mañana. Recorre –junto con cientos, asegura– 15 de los casi 100 kilómetros de carriles exclusivos para bicicletas que el municipio de Rosario lleva construidos. Incluso, un edil local presentó un proyecto para que se otorgue un incentivo a aquellos empleados municipales que vayan a trabajar en este vehículo. Este sería un primer paso para luego implementarlo también en el sector privado. En Presidente Roque Sáenz Peña –la segunda ciudad más poblada de la provincia de Chaco– también se promueve el uso de la bicicleta. El crecimiento del parque automotor junto con la cultura de la moto –tan extendida en las ciudades del interior del país–, provoca que el espacio público esté saturado de estos dos medios de transporte. Estas propuestas, como tantas otras en todo el país, se vinculan con diferentes tipos de incentivos para promover el uso masivo de medios de transporte económicos y amigables con el medio ambiente, evitar la contaminación y el tránsito, ámbitos donde la bicicleta se erige como dueña y señora.
Algunos especialistas auguran –tomando como modelo la urbe china de Shenzhen– que la ciudad del futuro no tendrá autos, el espacio público estará diseñado para peatones y ciclistas mediante una red de plazas públicas interconectadas. Hipótesis nada disparatada si se tiene en cuenta el crecimiento de la población y el alto nivel de contaminación que sufren las grandes urbes.
—Texto: Mirta Quiles
Fotos: Jorge Aloy
