7 de marzo de 2024
El barrio de Villa Rosas de la ciudad de Bahía Blanca crece y late al compás de una entidad que es arraigo e identidad. Apoyo del Banco Credicoop.
Mil rayitas. El club brinda un gran sostén a la juventud del barrio a través del deporte.
El «mil rayitas» azules y blancas del Club Atlético Libertad no es solo un equipo de fútbol del que la barriada entera es hincha. Es –sobre todo– un referente institucional del barrio Villa Rosas, comprometido con su comunidad a través de un fuerte apoyo a la juventud a través del deporte.
Fundado el 9 de julio de 1916, lleva un trabajo sostenido que le valió títulos y ascensos, fue semillero de grandes figuras y construye su futuro mirando el presente.
Emiliano Hanuch, tesorero del club, confirma que la entidad, «bien de barrio», es más que fútbol de primera división, que juega en la Liga de Bahía Blanca: «Si bien es amateur, también es competitivo y arrastra mucha gente». La categoría formativa, que se divide en juveniles, menores, infantiles y la escuelita , reúne en un gran predio a entre 300 y 400 chicos. A esas actividades se suman gimnasia artística, voley, patín y taekwondo.
«El club cumple una función social muy importante, porque acá los pibes tienen un lugar para estar, hacer deportes y hoy más que nunca, es fundamental esa contención para que no estén en la calle», resume Hanuch.
Ramiro Riano, jefe de Gestión de la filial Villa Rosas del Banco Credicoop, a la que el club está vinculado, coincide en señalar que «la entidad desarrolla un rol relevante con la comunidad y brinda contención no solo al barrio sino también a otros aledaños» y cuenta que, como todo club local, «todo es a pulmón y se sustenta con un subsidio del Estado, la cuota social y las publicidades».
Desde el Banco, el compromiso con «el Libertad» se refleja en apoyos constantes, como la entrega del premio institucional y colaboraciones para conseguir donaciones cuando se organizan bingos y rifas para recaudar fondos. «Entre todos hay una sinergia, se conocen vecinos y comerciantes y desde la filial trabajamos para conectar a los diferentes actores sociales de la comunidad», sostiene Riano y agrega que la filial «también apadrinó a dos chicos que viajaron a Buenos Aires, junto a un grupo de diez futbolistas, para probarse en un club porteño», colaborando con pasajes y estadías.
Emiliano Hanuch agradece el apoyo que les brinda el Credicoop y sostiene: «Siempre nos dan una mano y cuando tuvimos una inhibición por un juicio a raíz de un accidente que ocurrió en 2009 y el club estuvo embargado, el banco nos ayudó a solucionar el tema de los papeles y pudimos levantar el embargo».
Lugar de pertenencia. La escuela de fútbol reúne en un gran predio a entre 300 y 400 chicos.
Volver a empezar
El temporal que azotó Bahía Blanca el mes pasado dejó a la ciudad devastada y Villa Rosas no fue la excepción: el parque del barrio quedó destrozado y el Club Atlético Libertad sufrió serios daños. «Tuvimos problemas graves en el predio», reconoce Hanuch y detalla que se vino abajo el techo de la sede social; también la cancha de fútbol 5, recién terminada y que alquilan para sumar otra fuente de ingreso, fue arrasada por las lluvias y el viento.
«En la sede está la cancha de primera división, con pasto sintético y en la otra parte del barrio están los juveniles, menores e infantiles de fútbol. El gimnasio desapareció, voló el cielorraso de la zona de vestuarios y rompió obras que hacía poco habíamos hecho, como el alambrado de la cancha que habíamos colocado una semana antes, con la intención de ir jerarquizando el club; íbamos a empezar a trabajar para emparejar el piso, pero se rompió todo, hay que empezar de nuevo», lamenta el tesorero.
El barrio, el club, la comunidad, todos pusieron manos a la obra para la reconstrucción y aunque –reconoce Hanuch– «son tiempos difíciles, estamos trabajando para salir adelante».
