28 de diciembre de 2016
Memoria. Un caso que conmovió al mundo. (Baruckcic/AFP/Dachary)
La Justicia serbia busca iniciar un proceso tan histórico y necesario como complejo. Ocho exoficiales acusados de cometer crímenes contra la población civil durante la masacre de Srebrenica fueron convocados al banquillo. La defensa de los integrantes de la fuerza conocida como Jahorina, que podrían enfrentar penas de hasta 20 años de cárcel, logró frenar los procedimientos al recusar a los magistrados. Más allá de las dificultades, se trata de la primera vez que Serbia, que aún se niega a hablar de «genocidio», juzga hechos ligados con la aniquilación de más de 8.000 bosnios musulmanes en 1995. Munira Subasic, integrante de las Madres de Srebrenica, dijo que «no esperaba nada» del juicio: «A los criminales se les permitió asistir al juicio como si fueran testigos. Ellos andan libres y viven normalmente en Serbia», sostuvo. La matanza ocurrió en una supuesta zona protegida por la ONU con 400 cascos azules al mando, encargados de velar por la seguridad de los bosnio-musulmanes.