22 de enero de 2024
El plan de Gobierno de La Libertad Avanza, que asegura ser «la única solución» para Argentina, ratifica en sus primeras acciones un rumbo signado por teorías económicas ultraliberales que nada tienen que ver con las políticas aplicadas en los países que lograron desarrollarse en la historia contemporánea. Una primera muestra se ve en las decisiones sobre ciencia, tecnología y educación. Si bien a nivel global está demostrada la correlación entre la inversión en dichas áreas y el desempeño económico y productivo, el Gobierno decidió congelar el presupuesto de las universidades nacionales y del Conicet, amenazando seriamente la continuidad de estas instituciones.
Otro ejemplo es el referido a las empresas públicas. Abundan mundialmente los casos de firmas estatales relevantes en sectores tan disímiles como la minería, la actividad petrolera o los servicios financieros. Sin embargo, el proyecto de ley «ómnibus» oficialista propone la privatización de YPF, Aysa, Arsat y el Banco Nación, entre otras.
Por otra parte, en materia de derechos laborales, reiteradamente la OIT ha destacado que el cumplimiento de atributos tales como la negociación colectiva, la protección social y las prácticas laborales justas, tienen un efecto positivo sobre la actividad económica y la calidad de vida. No obstante, el capítulo laboral del DNU 70/2023 desalienta la registración de personal, reduce el monto para el pago de indemnizaciones y extiende los períodos de prueba.
Estos ejemplos tienen en común la negación del rol del Estado como impulsor de políticas estratégicas, con un recetario que replica, en forma exacerbada, otros períodos de nuestra historia reciente que desembocaron en graves crisis económicas y sociales. Esto permite avizorar que, en los hechos, estas supuestas soluciones serán solamente para un ínfimo porcentaje de sectores privilegiados.