22 de enero de 2024
El funcionario designado para atender cuestiones ligadas a lo religioso despierta desconfianza en todos los credos. Su trayectoria muestra expresiones autoritarias y discriminadoras.
Secretario. Exdiputado y ultraconservador, Sánchez llega al Gobierno de la mano de la ministra Patricia Bullrich.
Foto: Télam
La canciller Diana Mondino designó al ultraconservador Francisco Sánchez en la Secretaría de Culto, un hombre sin ninguna trayectoria que lo avale para el cargo, que concita resistencias en la Iglesia Católica, la mayor colectividad religiosa del país, pero también entre judíos, musulmanes y protestantes.
No hubo consultas ni sondeos previos entre los representantes de las iglesias y los cultos. Formalmente, no tiene por qué haberse dado, ya que es absoluta potestad del Ejecutivo nombrar a quien será el encargado de las relaciones con los credos. Sin embargo, la designación cayó con sorpresa y disgusto, sobre todo por la falta de antecedentes que califiquen a Sánchez para el cargo.
El nombre del elegido se conoció pocas horas después de que el presidente le enviara una carta a Francisco, a quien en campaña acusó de ser «la encarnación del maligno». En la nota, en la que invita al Papa a venir al país, Milei dice ahora valorar «sus sabios consejos y sus deseos de coraje y sabiduría para mi persona» y le señala que «su viaje traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos, ansiosos de superar nuestras divisiones y enfrentamientos».
El gesto de presunto acercamiento de Milei al Papa –que contempla la posibilidad de un viaje presidencial aún no confirmado al Vaticano que incluiría una entrevista personal con Francisco– no condice en términos políticos con la designación en Culto de un hombre que registra en su haber declaraciones que agravian a personas y comunidades vinculadas con el ámbito religioso.
El exdiputado del PRO que estará al frente de Culto se confiesa «católico practicante» y amigo de la vicepresidenta Victoria Villarruel –también vinculada a la ultraderecha católica–, si bien admite que para el cargo fue propuesto por la canciller Mondino.
En agosto de 2023, el papa Francisco designó al exjuez Eugenio Zaffaroni en el ámbito de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano. «Como católico, todo mi repudio a la designación de un ser oscuro como Zaffaroni en el Vaticano. No tiene explicación política y mucho menos teológica la promoción del mal», afirmó entonces Sánchez, quien agregó que «es un caso para estudiosos encontrar un Papa que haya hecho tanto daño».
Al exdiputado neuquino que militó con Patricia Bullrich en las últimas elecciones también se le conocen acusaciones y señalamientos contra el «sionismo internacional» que «domina el mundo». «Sus expresiones prejuiciosas y ofensivas para con diferentes colectivos de nuestra sociedad atentan directamente contra la sana convivencia que la distingue», expresó una alta fuente de la DAIA, según lo consignó la Agencia Judía de Noticias después de conocida la elección de Sánchez.
Otra referencia a las «hordas islámicas» que surgen de testimonios periodísticos pusieron en alerta al mundo religioso del Islam. Tampoco entre los protestantes hay satisfacción sobre el nombramiento, aunque parte de las iglesias más conservadoras que se referencian en ACIERA y que le agradecen su oposición a la ley del aborto, se apresuraron a expresar oficiosamente su «satisfacción» por el arribo de Sánchez a Culto.
¿Viene? La posible visita del Papa a la Argentina estará supeditada a la recomposición de su vínculo con el presidente y el nuevo secretario de Culto.
Foto: NA
Cabe recordar que el exdiputado aplaudió la manifestación que el 27 de febrero de 2021, en plena pandemia, realizaron «Jóvenes republicanos» en Plaza de Mayo y en la cual se colgaron bolsas mortuorias en las rejas de la Casa Rosada con nombres de funcionarios del Gobierno de Alberto Fernández y de personalidades como Estela de Carlotto. Sánchez también registra en su historia política la elaboración de un proyecto para aplicar la pena de muerte por delitos de «corrupción agravada» oportunidad en la que consideró que, de aprobarse la iniciativa, la medida debería aplicársele a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Ahora, apenas se conoció la noticia de su designación, el exdiputado acordó una serie de entrevistas con medios de comunicación masivos en las que, sin negar sus dichos, se manifestó «arrepentido» de presuntos «errores», en particular de sus agravios contra Francisco y, de la misma manera que lo hizo Milei por sus propios insultos a Bergoglio, pidió «disculpas» por las ofensas causadas.
Apuesta por la división
Todavía a modo de trascendido periodístico se conoce que Jorge O’Reilly, otro católico ultraconservador alineado con el lefebvrismo y también cercano a la vicepresidenta Villarruel, podría ser designado como embajador ante la Santa Sede.
Pese al pedido de audiencia formulado por la Comisión Ejecutiva del Episcopado católico apenas el presidente asumió su cargo, los obispos no fueron recibidos por Milei. No hubo explicaciones oficiales, aunque extraoficialmente se adujeron problemas de agenda. Pero fue Karina Milei, en su carácter de secretaria general de la Presidencia, la que convocó a un encuentro «informativo» en Casa Rosada al presidente del episcopado, el obispo Oscar Ojea. Mientras tanto, sin aviso a sus pares, un grupo de obispos –en el que estaban Jorge Casaretto, Pedro Torres, Pedro Laxague, Alberto Bochatey y el obispo castrense Santiago Olivera– aceptó una reunión con el ministro del Interior, Guillermo Francos, en la residencia de la exdiputada Cristina Guzmán. ¿Contactos paralelos, gestiones u operación para dividir la interna eclesiástica? Una pregunta que ronda en los ámbitos institucionales de la Iglesia es quién será finalmente la persona que canalice las relaciones institucionales del Gobierno con la jerarquía católica. ¿Será Sánchez o «la jefe» Karina Milei, que entre sus numerosas funciones incluye las relaciones con la sociedad civil y en cuyo marco se dio el encuentro con Ojea? Asoma, además, una posible disputa en el seno del Gobierno, entre Milei y Villarruel, respecto de quien mantendrá los vínculos con el catolicismo, teniendo en cuenta la incidencia social y política de la Iglesia y la trascendencia de la eventual visita de Francisco al país.