29 de febrero de 2024
El presidente logró dividir al PRO con su pelea contra Ignacio Torres, pero no consiguió disciplinar al resto de los mandatarios provinciales. El futuro del mega DNU.
Chubut. El gobernador amenazó con «no entregar el petróleo y el gas».
Foto: NA
El presidente Javier Milei abrió en los últimos días un nuevo frente de conflicto con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, mientras escalaba su pelea con el chubutense Ignacio Torres. Lejos de apaciguar los ánimos y encarar una negociación política, el presidente se propuso «disciplinar» a los mandatarios provinciales demostrándoles que si no acatan las órdenes está dispuesto a asfixiar sus cuentas. Hasta ahora, la estrategia no tuvo el resultado esperado, ya que la mayoría de los gobernadores se pronunció en contra de las decisiones de la Rosada.
El pico de tensión con Torres tuvo lugar el último viernes, cuando el gobernador advirtió que «si el Ministerio de Economía no le entrega a Chubut sus recursos, entonces Chubut no entregará su petróleo y su gas». La amenaza llegó luego de varias semanas de exigir los fondos de coparticipación de su provincia, que el Ejecutivo le negó excusándose en que Torres incumplió un convenio firmado por su antecesor, Mariano Arcioni, para refinanciar una deuda de la provincia con el Estado nacional.
En números concretos, la cifra que reclama Chubut es de 13.500 millones de pesos. La provincia tuvo un alivio este martes con un fallo del juzgado federal de Rawson que le ordenó a la Rosada pagar el monto que tenía «pisado». Ahora el Gobierno analiza qué camino tomar, mientras crece la versión de que presentaría un per saltum para recurrir a la Corte Suprema y en la mesa chica de Milei se encargan de reforzar que no está dispuesto a ceder.
Un enemigo elegido
Hay otras diez provincias que tienen deudas con la Nación y que, al igual que Chubut, pusieron como garantía sus fondos coparticipables. Por eso desde el entorno de Torres deslizaron que la represalia de Nación no estuvo solamente relacionada con la deuda provincial, sino que se terminó de cocinar cuando el gobernador se presentó ante la Justicia para exigir la restitución del Fondo Compensador del Interior a través del cual Milei les recortó a las provincias los subsidios para el transporte.
También plantean un argumento político: Torres es un dirigente joven del PRO, un partido con el que Milei no tiene intención de cogobernar. Para muchos dirigentes, el presidente demostró en los últimos días que no quiere una alianza con el espacio que fundó Mauricio Macri, sino romperlo y quedarse con la mayoría de sus legisladores. Según este argumento, el presidente primero buscó dividir a Juntos por el Cambio (JxC) y ahora pretende hacer lo mismo con el PRO.
El primer intento le dio resultado: Torres llamó a Macri para pedirle que terciara en el conflicto, pero el expresidente no logró acercar posiciones y entonces eligió el silencio. Patricia Bullrich, en cambio, asumió el discurso de la Rosada y sacó un comunicado firmado por los diputados que le responden, en el que advirtió que los gobernadores también deben llevar adelante un ajuste en sus provincias. «Usaremos todos los recursos del Estado contra los que quieran rebelarse», profundizó unos días después.
Acción y reacción
Aunque el avance de Milei sirvió para dividir al PRO, no le funcionó la estrategia de «disciplinar» a los gobernadores, entre los que Torres encontró un apoyo casi unánime. Lo respaldó todo el arco político: primero se manifestaron los petroleros y luego firmaron un comunicado los diez de JxC. Con la excepción del tucumano Osvaldo Jaldo, que se alineó detrás de Milei, el resto de los mandatarios peronistas también se solidarizó y le exigió a Nación que «no extorsione».
El kirchnerista Kicillof dio un respaldo contundente, acaso anticipándose a lo que vendría. El lunes, a través de un decreto, Milei dispuso la eliminación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la provincia de Buenos Aires, que había sido creado por Alberto Fernández en 2020 para frenar una protesta de policías. La represalia a Kicillof fue más previsible, ya que llegó luego de que el gobernador le reclamara al ministro Luis Caputo unos 15.000 millones de pesos que les adeudaban por este Fondo. Después de conocer la noticia, Kicillof encabezó una conferencia de prensa en la que anunció que se presentará ante la Corte Suprema y acusó a Milei de «robarse los recursos de las provincias».
No fueron Torres y Kicillof los únicos gobernadores que tuvieron una pelea directa con el presidente. El primero en enfrentarlo públicamente fue el riojano Ricardo Quintela, que también acusó a la Rosada de recortarle el envío de fondos. Se cruzó con Milei, que lo chicaneó diciéndole que el problema era su mala administración de los recursos al contratar artistas como Lali Espósito. El segundo gobernador que se ganó sus insultos fue el cordobés Martín Llaryora, blanco de las críticas luego del naufragio de la ley Ómnibus. El presidente lo llamó «traidor» y el cordobés le exigió una disculpa pública, pero Milei no retrocedió, sino que continuó con los ataques personales y lo mandó al psicólogo. Los cruces públicos entre ambos continuaron en los últimos días.
Final abierto
Milei celebró la pelea con los gobernadores dándole «Me gusta» a posteos muy agresivos en sus redes sociales. Según el discurso libertario, estas discusiones lo ayudan a exponer a la «casta» y son parte de su «batalla cultural». Sin embargo, la discusión podría complicar a Milei en el Congreso, ya que los exaliados a los que ahora insulta son clave para determinar el futuro del mega DNU presidencial.
Según consignan desde el Senado, la oposición tendría los votos para rechazar el DNU en la Cámara Alta. Si bien para lograr anularlo necesitarían el mismo desenlace en Diputados –donde hasta ahora no tendrían los votos–, algunos legisladores creen que el rechazo de los senadores podría empujar a un desenlace similar en la Cámara Baja.
La primera pelea se verá pronto, ya que la propia vicepresidenta Victoria Villarruel reconoció que no podrá frenar su tratamiento, luego de dos meses en los que evitó convocar a una sesión especial como le pedía el bloque de Unión por la Patria. Ahora, después de la pelea con las provincias, más senadores reclaman tratar el DNU. Si el malhumor de las provincias sigue escalando, el DNU tendría un destino incierto. Hoy son muchos los que se preguntan cómo evolucionará esta dinámica política, donde los gobernadores se animan a plantarse y Milei, en lugar de negociar, redobla la apuesta.