29 de mayo de 2024
Amefricana
Rosana Paulino
Malba
Obra política. La artista enlaza en sus piezas la dimensión privada y la colectiva.
Foto: Prensa
La artista Rosana Paulino, nacida en San Pablo en 1967, trabaja sobre una serie de ideas y conceptos conectados en una trama. Las obras expuestas en Amefricana representan esa red que enlaza sus raíces ancestrales, su cuerpo de mujer negra, la violencia, la esclavitud, la cultura e identidad de la población de su país natal.
Paulino es doctora en Artes Visuales por la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo, además de especialista en Grabado por el London Print Studio de Inglaterra. Su obra ha sido expuesta en el Museu de Arte Moderna de São Paulo, el Museu Afro-Brasil de São Paulo, y en la 59ª Bienal de Arte de Venecia.
En el siglo XIX –dice el texto curatorial– el científico Louis Agassiz le pidió al fotógrafo August Stahl, que vivía en Brasil, que fotografiara a la población de Río de Janeiro y Manaos, y elaboró algo así como un inventario de los «peligros del mestizaje», álbum que serviría para sus argumentos científicos racistas. Los estudios de Agassiz consideraban a los distintos grupos raciales como especies muy diferentes entre sí, y a la población negra como inferior por naturaleza.
Paulino intervino ese trabajo, en el que aparece una mujer negra desnuda y de tamaño real, de espaldas: lo imprimió sobre una tela y dividió verticalmente ese cuerpo en cinco partes desiguales que luego cosió y unificó. También bordó raíces desde sus piernas hasta el suelo.
«Las costuras en algunas piezas, que yo prefiero llamar suturas, traen la problemática de que el Brasil es un país que nunca se preocupó por las compensaciones a las comunidades que fueron marginalizadas, expropiadas. Quiere “unir” a la fuerza las diferentes poblaciones que están aquí, y para eso ha recurrido a la violencia sistemática del Estado. Digo siempre que es como un Frankenstein, en el que partes dispares, que no se unen, son cosidas a la fuerza para intentar hacer un cuerpo común», dice la artista.
En una de sus obras, Paulino encapsula fragmentos de pelo negro de diferentes individuos dentro de lentes de microscopio y los ubica uno al lado del otro formando un mural, una unidad en apariencia, un conjunto, un tipo. En otra, coloca en línea recta retratos en foto transferidos a tela de una serie de mujeres negras de su árbol genealógico, a las que les cose con hilo la boca, les ciega los ojos, les obstruye el cuello, les tapa la frente.
La dimensión privada y la colectiva son instancias que se enlazan en las piezas de esta artista y la reafirman como una obra política. Instala un diálogo entre archivos personales, documentos históricos e interrogaciones a los sistemas de clasificación de la ciencia occidental. Curada por Andrea Giunta e Igor Simões, la exhibición es la más completa del trabajo de Paulino que se realiza en América Latina fuera del Brasil. Reúne más de 80 obras fechadas entre 1994 y 2024, que experimentan con diversidad de técnicas y materiales: bordado, foto, video, collage, instalación, dibujo, grafito, escultura, acrílico, acuarela, grabado.
El título de la muestra parte del concepto de amefricanidad acuñado por Lélia Gonzalez, filósofa, activista negra, feminista y socióloga brasileña. El término describe una categoría política que recoge la figura de la mujer negra y destaca su participación activa en la historia y la formación sociocultural del país, a diferencia de otras narrativas que disminuyen o suprimen su importancia. Los curadores escriben que «amefricanas son las identidades individuales, estructuradas en la vivencia colectiva, de quienes comparten lazos culturales contrarios al dominio colonial».