23 de junio de 2024
El presidente argentino recibe medallas de sectores de ultraderecha en su gira europea, pero no desempeña un rol destacado en los foros globales. Rispideces en España y protestas en Alemania.
Sintonía. Milei con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien le otorgó un reconocimiento
Foto: NA
Parecía una semana de gloria para el presidente Javier Milei, que luego de la aprobación de los proyectos de Ley Bases y el paquete fiscal por parte del Senado –que su Gobierno viene impulsando desde hace seis meses– y la liberación de un monto reducido pero significativo de fondos del FMI y otro específico del Banco Mundial, soñaba con el inicio de un segundo semestre de éxitos. Sin embargo tuvo sus tropiezos en el ámbito donde se autopercibe como un fenómeno global.
Si bien el actual viaje a España y Alemania le aportará nuevas medallas a su pechera, dos de los personajes con los que pensaba sacarse la típica selfie con los pulgares hacia arriba no estarán en sus redes: el rey Felipe VI y el canciller alemán Olaf Scholz. Y ambos por el mismo motivo, el agravio continuado al presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.
El más lapidario fue el vocero del mandatario germano, Steffen Hebestreit, quien calificó al destrato hacia Sánchez como «falta de gusto». El monarca Borbón, que está cumpliendo por estos días 10 años de su coronación, declinó siquiera responder a una solicitud de Milei, según deslizan los informantes oficiosos de la Casa Real, con el argumento de que la política exterior de España «la decide el Gobierno» y no él. El viaje a España se relaciona con un premio del Instituto Juan de Mariana por «la defensa ejemplar de las ideas de la libertad». Se trata de una distinción que ya recibieron el Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa y el economista Jesús Huerta de Soto, docente en la Universidad Rey Juan Carlos. Como Felipe VI – que tuvo que reemplazar a su padre, envuelto desde tiempo antes en una seguidilla de escándalos de todo tipo– estuvo en Buenos Aires para el cambio de Gobierno, quizás eso le hizo pensar a Milei que había «onda»; pero no.
La portavoz de La Moncloa, Pilar Alegría protestó: «Desconocemos la agenda del presidente de Argentina, pero espero que durante sus declaraciones mantenga respeto hacia el pueblo de España y hacia sus instituciones». El ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, fue mucho más explícito: «El Gobierno de España sigue tratando al cargo de presidente de la República de Argentina, un pueblo hermano del español, con el respeto que merece tan Alta Magistratura (…pero) la actitud reiterada de búsqueda de la confrontación y la ofensa a nuestras instituciones y a nuestra democracia es algo sin precedentes en las relaciones internacionales y en los usos diplomáticos entre naciones».
La gira de Milei por la península también generó escozor en el Partido Popular (PP), cuando una de sus figuras rutilantes, Isabel Díaz Ayuso, le entregó en su carácter de presidenta de ese distrito, la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid. Es que el mandatario argentino se inclina más por el partido ultraderechista Vox y Díaz Ayuso parece jugar a que se queda, o que se va del PP.
Premios y estilo
En Hamburgo le prepararon otro galardón, la medalla Hayek. La condecoración es un homenaje al Premio Nobel de Economía 1974 Friedrich von Hayek, uno de los más encumbrados representantes de la Escuela Austríaca, en la que abreva Milei. Christiane Hoffmann, portavoz del Gobierno alemán, explicó el cambio de agenda de manera también palmaria: «Hay buenos motivos por los que no podemos hacer público cada detalle de la planificación y de las conversaciones» y detalló que la gira de Milei «será solo de una corta visita de trabajo».
Finalmente se reunió con Scholz, aunque con un tono menos ampuloso del que esperaba Milei, en una reunión con sus equipos de trabajo, pero sin salvas militares ni conferencia de prensa posterior. El ocupante de la quinta de Olivos fue recibido con protestas a su llegada a Hamburgo.
El «estilo Milei» choca con los usos y costumbres de las relaciones internacionales y crea irritaciones varias en todos los rincones que luego repercuten en los intereses nacionales. Una muestra es el ataque insólito a la segunda potencia económica del planeta, China, que hizo peligrar la renovación del swap por el equivalente a 5.000 millones de dólares. Otro es el maltrato que le propinó al presidente Lula da Silva, primero invitando a Jair Bolsonaro a la ceremonia de asunción del 10 de diciembre y luego coqueteando con medio centenar de bolsonaristas condenados por el intento golpista del 8 de enero del año pasado que ingresaron al país de manera irregular. España, China y Brasil figuran en la lista de principales mercados para el comercio y las inversiones de Argentina.
En el G7. Milei en un extremo de la foto de familia de un encuentro en el que solo se reunió con una mandataria, la anfitriona Giorgia Meloni.
Foto: NA
Opinión de vecinos
Otros choques innecesarios de Milei que recuerdan demasiado a las provocaciones de un conductor desenfrenado, desde adentro de su auto. O esos perros que ladran amenazantes desde el otro lado de la reja. Un replanteo a las apuradas podría recordar los que tuvo con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador y con el colombiano Gustavo Petro. Pero en sus incursiones en la cumbre del G7 en Apulia o la Cumbre de la Paz en Suiza pudo comprobar que esas bravuconadas no aportan en los escenarios donde sí se juegan las cosas que pesan en el mundo. La imagen del presidente argentino en solitario, detrás de la amena charla de Joseph Biden con el presidente de Kenia, William Ruto y el titular del Banco Africano de Desarrollo, Ainwumi Adesina, bajo la mirada atenta del titular de la OCDE, Mathias Cormann, es elocuente. La foto de familia, con Lula en el otro extremo del escenario y el papa Francisco en el centro, no lo es menos.
Mientras circulan versiones sobre el desplazamiento de Diana Mondino del Palacio San Martín, hubo un incidente no debidamente aclarado con Chile, y que traerá cola, por la instalación de paneles solares para alimentar de energía a una base argentina en la Patagonia, ubicados en territorio chileno. La declaración del presidente Gabriel Boric llamó la atención por su intemperancia. «Me gustaría manifestarles de manera muy clara que con las fronteras no es algo con lo que se pueda tener ambigüedades y que es un principio básico del respeto entre países. Por lo tanto, deben retirar esos paneles solares a la brevedad o lo vamos a hacer nosotros». Se entiende lo delicado del asunto para la sensibilidad territorial chilena. Pero Boric también había protestado hace un par de meses cuando la ministra Patricia Bullrich dijo que en Chile, donde hay una importante comunidad palestina, había terroristas de Hezbollah refugiados. Milei ya lo había señalado como un progresista «empobrecedor» durante la campaña presidencial.
Uno con quien nunca había tenido encontronazos porque es como quien dice «del palo» es el presidente ecuatoriano, el empresario Daniel Noboa. Heredero de una de las mayores fortunas de ese país y ligado a la exportación bananera y el transporte marítimo, entrevistado por la revista New Yorker, Noboa dijo: «No sé por qué Milei piensa que es tan genial (…) parece pagado de sí mismo, lo que es muy argentino por cierto».
La entrevista fue realizada por Jon Lee Anderson, un veterano periodista que conoce mucho la región al punto que en su extensa carrera reporteó a todos los lideres, desde Fidel Castro y Hugo Chávez hasta el dictador Augusto Pinochet y Jair Bolsonaro. En ese trabajo puntual, Noboa dice que Petro le parece «un izquierdista snob», y que Nayib Bukele es un tipo «arrogante y solo busca controlar el poder para sí mismo y hacer rica a su familia». De Lula Da Silva, en cambio, el ecuatoriano afirma que es un emblema de la izquierda y que cuando lo conoció, hace 15 años, quedó «impresionado con su astucia política y su capacidad para impulsar una agenda».