Política | DESPIDOS EN EL HOSPITAL POSADAS

Un ajuste cruel

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Pablo Tassart

La salud pública está al borde del colapso a causa de los fuertes recortes presupuestarios, situación que se agrava por la reducción de personal en uno de los principales centros sanitarios del Conurbano.

Juntos. Trabajadores y vecinos protestan contra los despidos en el hospital.

Foto: Mariano Dalaison

Trabajadoras y trabajadores del Hospital Alejandro Posadas fueron despedidos, entre los cuales se encuentra personal que realizaba diagnósticos de leucemia o tratamientos oncológicos. Las cesantías representan otro ataque a la salud pública.

Ahora el golpe lo recibieron de manera directa 88 trabajadores de este hospital nacional de alta complejidad, algunos con más de 20 años de antigüedad y gran trayectoria profesional. Además de otra cantidad de desvinculaciones que se venían dando «por goteo» desde el verano.

Ya el sector sanitario vivía una grave situacion al no haberse actualizado por inflación los fondos que recibe. De esta manera, según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los recortes llegan hasta un 92% en programas como Respuesta al VIH y enfermedades de transmisión sexual o 45% en Prevención y control de enfermedades inmunoprevenibles.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, en este caso, los motivos de los despidos van desde altos grados de ausentismo, «detectados a partir del control de asistencia por sistema biométrico realizado por la Dirección General de Recursos Humanos», y sueldos de hasta tres millones de pesos. Sin embargo, ya son varios los casos que demuestran lo contrario. Luis Sucher es uno de los trabajadores afectados. Muestra su recibo de sueldo que consta de una remuneración para el mes de junio de 705.000 pesos y hasta un premio por asistencia. Sucher, quien hace 25 años que trabaja en el hospital como contratado y que ahora no recibirá ningún tipo de indemnización, exige que las acusaciones las compruebe el Gobierno: «Los supuestos informes no muestran nada. Porque, por ejemplo, mencionan ciertos sectores que no son los despedidos. Todas las acusaciones son muy generales. Las tienen que demostrar y hacer las denuncias. Porque si no, son cómplices de estos manejos».

Resistencia. Asamblea en el interior del Posadas: frenar el ajuste.

Foto: Mariano Dalaison

Prestigio y vocación
Laura Bogado, médica integrante de la Comisión Directiva de la CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires), asegura que la indignación entre el personal de hospital fue mayor cuando escucharon las acusaciones: «Lo primero que pensamos fue en una de las doctoras de la guardia despedida: ¿cómo? ¡Si ella vive en el hospital! Y así la enorme mayoría. Profesionales de altísimo prestigio con una actitud y una vocación desde la más absoluta responsabilidad. Es una vergüenza que, encima que les dan el mazazo con el despido, intenten desprestigiarlos cuando ellos podrían atender en cualquier clínica privada y eligen el hospital público».

La lista de sectores afectados comprende emergencias, administración y cardiología, entre otros. «Por supuesto que son dolorosos todos los despidos, pero tenemos el caso particular de la compañera bioquímica encargada de certificar los diagnósticos de leucemia. O citólogas que permiten programar una cirugía en breve tiempo para el tratamiento de enfermedades muy agresivas. Compañeros que pueden detectar enfermedades pulmonares a través de una fibrobroncoscopía, necesaria para la detección de tuberculosis», explica alarmada Bogado y añade: «Todos ellos hacen docencia, así que dejan a muchos residentes sin esa formación de excelencia que tiene esta institución».

Según los trabajadores, los despidos agravan una situación ya complicada por la crisis social: «Muchísimos pacientes que tenían una prepaga u obra social, al perderla acuden al hospital público que ya se encontraba colapsado. Si además despiden profesionales de áreas muy sensibles, obviamente la atención se ve resentida», explica Sucher. Mientras que Bogado agrega un dato de gravedad: la agudización de enfermedades crónicas por malnutrición. «En este momento está en juego la vida de millones. No es un eslogan. Es un ataque a la vida de nuestra población que hoy se encuentra más desprotegida. Creo que la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a la salud pública pueden generar un combo realmente catastrófico».

En primera persona. Una de las desplazadas del plantel del centro de salud.

Foto: Mariano Dalaison

Un negocio detrás
La noticia se da en un contexto sanitario ya complicado, sumando, por ejemplo, a la falta de entrega de medicamentos oncológicos, denunciada a principios de año, o recortes del 40% en el Ministerio de Salud según el informe ya citado del CEPA. El mismo, además, informa que en hospitales nacionales como el Posadas dicho ajuste representa un 51%, debido a que es a donde se derivan la mayoría de los casos de la provincia de Buenos Aires.

Finalmente, sobre la intencionalidad de los despidos, Sucher reflexiona: «Lo que se ve es que el Gobierno quiere hacer de la salud un negocio para beneficiar a los dueños de las prepagas y demás empresarios. Por eso el desprecio por la salud pública y por quienes han dado la vida, porque literalmente tuvimos muertos durante la pandemia en el hospital Posadas. A los que trabajamos hace décadas, nos descartan», y agrega: «Hay cientos de pacientes que van a ver resentida su atención. Por eso nuestra pelea no es solo nuestra y de nuestras familias, sino que es una lucha por la salud pública, porque, en definitiva, nos afecta a todos». 

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