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Bolsillos flacos, ni para un café

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Según datos de la encuesta que realizó la consultora Sentimientos Públicos dirigida por Hernán Vanoli, sobre una muestra de 2.500 casos, desde la asunción del actual gobierno, especialmente los sectores medios se vieron obligados a modificar sus actitudes de consumo resignando en particular los servicios vinculados con el esparcimiento y el ocio. Así, el 65% de las personas reconoce haber disminuido sus salidas a comer afuera y las celebraciones y el 60% señala haber dejado de lado las salidas al cine, al teatro y otro tipo de espectáculos.
Estos son los dos ítems en los que se refleja el mayor porcentaje de respuestas negativas, consignó Tiempo Argentino. Sin embargo, más de la mitad de las personas consultadas también reconoció haber reducido sus compras en ropa y calzado (58%), turismo (57%) y artículos para el hogar (50%).
Más atrás, aparecen las privaciones vinculadas con los “pequeños gustitos”. Por eso el 44% señaló que ya no compra postres, tortas, golosinas, snacks, quesos y fiambres y “otras gratificaciones”. El 43% ya no toma un café en una cafetería, una costumbre muy arraigada en la clase media urbana de nuestro país. El 39%, además, resignó gastos vinculados con la estética y la belleza.
El informe subraya a su vez la siguiente contradicción: “en una país con gastronomía premiada y altos niveles históricos de consumo de carne, se come cada vez peor”. Es que el 38% asegura haber reducido su consumo de carne y el 37% el costo de los insumos para el almuerzo. El 36% compra menos vino y cerveza.
Por otra parte, las salidas al cine que quedaron relegadas tampoco encuentran consuelo en el hogar ya que casi cuatro de cada diez reconocen haber dado de baja sus servicios de streaming como Netflix o Amazon.

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