De cerca | ENTREVISTA A RICHARD GADD

«La serie rompió barreras»

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Gabriel Lerman (desde Los Ángeles)

Reciente ganadora de seis premios Emmy, Bebé reno, un éxito global, narra la experiencia de abuso sexual sufrida por su protagonista y creador.

Foto: Getty Images

Aunque no le iba para nada mal en su Escocia natal, y le fue aún mejor cuando se mudó a Londres, Richard Gadd jamás imaginó que su primera serie como protagonista y creador lo iba a convertir en una verdadera sensación mundial. Lo cierto es que Bebé reno se conectó de inmediato con las audiencias más diversas, poniéndola en su primera semana al tope de las series más vistas de Netflix. La clave fue la franqueza con la que Gadd logró plasmar en la pantalla una historia tan inusual como dolorosa, sumada a las buenas interpretaciones y un sentido del humor muy británico que lo impregna todo. En la reciente entrega de los Emmys, Bebé reno se llevó seis premios, incluyendo los correspondientes a Mejor guion, Mejor actor y Mejor serie limitada. Gadd aprovechó su breve paso por Los Ángeles para hablar con Acción sobre la serie que lo puso en el centro de la escena global, pero también de los difíciles momentos que vivió cuando en su juventud fue víctima de abuso sexual por parte de un hombre mayor, y sus razones para promover la organización benéfica inglesa Somos Sobrevivientes, que lo ayudó a superar sus momentos más traumáticos.

–Hoy en día todo el mundo conoce tu historia, pero ¿cómo fue compartirla a través de Netflix?
–Puede ser bastante abrumador, y eso hace que me resulte muy fácil volver a conectarme con mis viejas paranoias. Ahora sé que todo el mundo la conoce, y a veces siento que no me puedo escapar. Pero hay días buenos y malos, como le suele ocurrir a toda la gente que lidia con su salud mental. En los días que no son tan buenos, pienso que todo el mundo lo sabe y me está juzgando. Pero eso es lo que hizo que esta serie fuera tan peculiar desde el principio, porque es una historia muy extraña e idiosincrática. Tiene una mirada particularmente británica, y sin embargo conectó muy bien con las audiencias de todo el mundo: fue la más vista en Qatar y en Líbano. La vieron en 85 millones de cuentas y se calcula que por cada una hay 2.5 personas, por lo que estimamos que la vieron alrededor de 200 millones de personas. Y si pienso mucho en eso, es como si millones de personas en todo el mundo me estuviesen juzgando. Pero por otro lado recibí un montón de comentarios positivos, infinidad de personas me han dicho que la serie los ayudó para poder hablar con sus familias. Y, a la vez, la serie ayudó a esos grupos familiares a entender ciertas cosas que habían pasado. En cualquier caso, el impacto que tuvo en mí fue enorme. 

–Si tuvieras que decidirlo hoy, ¿volverías a contar tu experiencia como lo hiciste en Bebé reno?
–Sin duda, porque tuvo un enorme impacto positivo en el mundo. Somos Sobrevivientes, la organización benéfica de Manchester con la que colaboro, recibió el doble de consultas en su sitio web y el 53% mencionó a Bebé reno como la razón por la que decidieron pedir ayuda. Lo mismo ocurrió con todas las organizaciones benéficas que ayudan a las víctimas de acoso en el Reino Unido. Por eso no me podría echar atrás. El hecho de que sea la más popular en países en los que habitualmente no se podría mostrar algo así sería el mayor motivo para volverlo a hacer. La serie rompió barreras. Y si en algún momento me siento abrumado o tengo que lidiar con mucho estrés porque me conozca tanta gente, lo acepto de buena gana por todo el bien que hizo el hecho de compartir esta historia. 

Araya Doheny/Getty Images

–¿Cómo te vinculaste con Somos sobrevivientes?
–Allá por 2016 hice un show de comedia en vivo que se llamaba «Lo que el mono ve, el mono hace», en el que hablaba sobre ser abusado sexualmente y todo lo que aparece en el cuarto episodio de Bebé reno. Hasta ese momento había mantenido toda la situación en secreto. Se dice que el arte puede ser catártico, pero nunca lo había probado. El show era muy delirante, me subía a una cinta durante una hora y corría perseguido por un mono. Es difícil de explicar, pero así fue como me atreví a hablar de lo que me había pasado. Fue entonces que esta organización se puso en contacto conmigo y me preguntó si quería ser su embajador, y es lo que hice desde entonces. 

–Durante mucho tiempo la salud mental cargó con un estigma social, ¿te parece que se superó?
–Al menos dejó de ser un tema tabú. Pienso en mi padre, por ejemplo. Yo nunca lo vi llorar. No hablaba de sus sentimientos. Mi padre pertenece a la generación de hombres que se lo callaban todo, pero sabías que algo les pasaba. En mi experiencia, cuando te lo guardás se vuelve mucho más duro. En los hechos, lo que propone Somos Sobrevivientes es que no te callés, que lo cuentes. El abuso sexual funciona de una manera muy curiosa. Es un crimen con el que carga uno como víctima, porque es muy fácil acusarte a vos mismo por ciertas situaciones. Yo me pasé mucho tiempo culpándome a mí mismo cuando no era mi culpa. En cuanto me puse a hablar de eso, me empecé a sentir mejor. Hay muchos servicios disponibles para las víctimas de abuso, pero sí, también hay un estigma. Hay mucha masculinidad tóxica, aunque sea un término muy trillado. Una gran parte de la sociedad sigue creyendo que los hombres son traicionados por sus emociones, y se opone a que uno hable sobre sus demonios, sus problemas y su pasado. Pero hemos recorrido un largo camino. Por suerte ahora hablamos de estos temas y las celebridades se animan a contar sobre su salud mental y las batallas que han librado.

–Si pudieras volver el tiempo atrás, ¿qué le dirías al Richard más joven?
–Le diría que está bien sentirse mal por lo que le pasó. Cuando peor estuve en lo que respecta a mi salud mental fue cuando pensaba constantemente en que no me podía sentir así. No sabía cómo superar esas emociones. Y esa lucha interna aumenta el dolor. Creo que parte de la solución es entender que el dolor siempre es temporario. Por suerte nunca perdí la razón, pero estuve mal durante meses. Aun así, siempre había momentos de alivio. Es curioso, me di cuenta de que suelo ser mucho más duro conmigo mismo que si fuera otra persona. Muchas veces uno no se trata a sí mismo como lo hace con los demás. Yo nunca juzgo a nadie. Es algo que está en la serie, la sexualidad fue un conflicto y yo fui muy duro conmigo mientras crecía en Escocia. Todo eso me generaba mucha vergüenza. Pero si alguien se me hubiese acercado y me hubiese dicho que estaba confundido con respecto a su orientación sexual, no me hubiese movido un pelo. En cambio, yo no me lo perdonaba. 

–¿Cómo hiciste para lidiar con el acoso?
–Para ser honesto, hubo momentos en que me superó. En ocasiones se volvió intolerable. Muchas veces, cuando estoy pasando por una situación difícil, encuentro la manera de ocuparme para poder distraerme, pero eso puede ser una forma muy contraproducente de llevar adelante tu vida. Soy capaz de trabajar infinitas horas o de encontrar un hobby al cual dedicarme obsesivamente. En cualquier caso, fue una situación muy particular y totalmente estresante. Lo importante en esos casos es hacerse tiempo para uno mismo y tratar de preservarse. Hay que encontrar espacios para hacer una pausa, dedicarse a ser uno mismo, hacer algo que disfrutes y te ayude a curarte de lo que estás viviendo.

–¿Hay algo que te hubiera gustado saber antes sobre salud mental?
–Que en Inglaterra hay muchos lugares donde te pueden ayudar. Cuando uno pasa por grandes crisis de salud mental, traumas profundos y problema de todo tipo, uno de los sentimientos más habituales es que estás absolutamente solo. La gente suele pensar que son los únicos que están pasando por eso y que el resto del mundo lleva su vida lo más bien. Se sienten en una burbuja de autoflagelación, pero la verdad es que al menos en donde yo vivo había muchísimos lugares a los que uno podía ir para que lo escuchen y sentirse aceptado. Saber que hay otras personas que están pasando por lo mismo, que están buscando cosas similares, puede ayudarte a resolver algunos de los problemas y sentimientos con los que estás lidiando. 

–¿Te sorprendió enterarte de que hay tantos casos en los que las víctimas son hombres?
–Totalmente, es algo que sorprende con respecto a los varones. Cuando sos chico aprendés que el príncipe rescata a la princesa, es algo que te meten en la cabeza a una edad muy temprana. El príncipe escala el tallo de la planta de porotos y así derrota al gigante. A los chicos les inculcan que tienen que ser valientes y fuertes. Y eso es lo que genera el silencio en torno a muchos de los traumas que experimentan cuando las cosas no son como deberían ser. La razón por la que tan pocos hombres se atreven a reportar el abuso sexual y hablar sobre el tema es porque lo sienten como un golpe a su masculinidad: es algo que les quita poder. En cualquier caso, estoy convencido de que uno sobrevive al abuso sexual y por eso Somos Sobrevivientes no se podría llamar de una mejor manera. Sobrevivir es algo inmensamente valiente y una muestra de fortaleza, por más que tantos hombres lo vean como algo de lo que se tienen que avergonzar. Creo que como en la serie hay alguien que es muy honesto sobre este tipo de cosas, fueron muchos los que se animaron a dar un paso adelante y se permitieron sentir todo lo que esa situación les generaba. Así se atrevieron a buscar ayuda y ese es el logro de la serie del que estoy más orgulloso: Bebé reno les muestra a los sobrevivientes de abuso sexual que no están solos. 

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