14 de noviembre de 2024
Con la presencia de integrantes de Argentina, Chile y Uruguay se realizó, en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, el primer Encuentro Nacional de Hijas e Hijos del Exilio Cono Sur. Una jornada que no solo fue informativa sino que dejó lugar también a las historias personales y a que afloraran las emociones tanto por parte de los expositores como del público. Encabezaron la mesa Yara Girotti, Nahuel Casademunt y Violeta Burkart Noe, de Argentina. Los acompañaron Adriana Goñi y Marco Fajardo (Chile); y Yanin Guisande, Rosana Franco y Natalia Montealegre Alegría (Uruguay).
En este marco, Pablo Perel, coordinador del Departamento de Derechos Humanos del CCC, destacó: «Pensamos en organizar una actividad que pueda generar una confluencia en la mirada regional en materia de políticas públicas por la Memoria, Verdad y Justicia. Así nació este primer encuentro Hijas e Hijos del Exilio Cono Sur, con el apoyo de la Universidad Nacional del Oeste en el Instituto de Cultura Popular y Pensamiento Nacional». Y agregó: «Este es un ámbito que nos va a permitir intercambiar miradas y dar protagonismo a los testimonios de las y los sobrevivientes del terrorismo de Estado a nivel continental y buscar experiencias compartidas que nos permitan profundizar el enfoque de los derechos humanos en América Latina».
Asimismo, señaló: «En momentos de retroceso y negacionismo, y además de ciertos discursos de apología del terrorismo de Estado, es estrictamente necesario reconstruir la memoria, ponerla de relieve y avanzar hacia políticas públicas que permitan que se pueda seguir concientizando a las nuevas generaciones acerca de la importancia de vivir en democracia plena y de nunca más tener regímenes de terrorismo de Estado».
Por su parte, Violeta Burkart Noe dijo: «Soy argen-mex, porque cuando nos presentamos decimos nuestro país, algunos tienen un país, algunos tienen varios países, porque el exilio no fue elegir a dónde ir sino “rajar”, irnos de acá muchas veces sin destino concreto. Eso les pasó a nuestros padres, algunos ya éramos niños y otros, otras, estábamos en la panza, nacimos por casualidad en algunos países donde nuestras familias se alojaron». También, señaló Burkart «muchos de nuestros padres sufrieron persecución, allanamientos, fueron presos políticos, también hay casos de desaparecidos cuya familia después se exilió. Y un poco esa historia, tan triste pero que es un pedacito de la historia de nuestro pueblo, es la que nos reúne».
A la par, pormenorizó la experiencia de crecer lejos del país de origen. «Muchas veces pensamos que éramos bichos raros, te preguntaban ¿por qué tenés ese DNI?, ¿por qué hablás así con esa tonadita? ¿por qué no sabés cantar el himno nacional o Aurora? Pero siempre agradecemos, algunos más, algunos menos, a los países que nos alojaron y recibieron».
El grupo comenzó a reunirse en 2007, a partir de un encuentro de COEPRA (Comisión de Ex Exiliados Políticos de la República Argentina) y fue la oportunidad de que los hijos de exilados se encontraran. «Así nació nuestro colectivo y con el paso del tiempo fue enriqueciéndose con esos vínculos y con esas diversas historias. Y, a pesar de que todas esas historias son particulares, todas esas familias y militancias y trayectos fueron diferentes, encontramos un montón de cosas en común, y de eso se trata nuestro colectivo, de seguir encontrándonos para hacer, como dice una palabra que le robamos a Benedetti, el “desexilio”». Un término muy acertado para un grupo de personas que lucha cada día para que la historia, la identidad, la memoria y la justicia estén presentes y con todo el vigor que necesitan nuestros pueblos.