Sociedad | OPUS DEI

El lado oscuro de la Obra

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Soledad Vallejos

La organización religiosa está involucrada en una causa judicial por trata y otra que investiga el destino de una de las grandes fortunas de Latinoamérica. La investigación de Paula Bistagnino.

Autora. El libro de Bistagnino es el resultado de años de metódico trabajo. Su contenido es clave en al menos dos causas judiciales.

Foto: Alejandra López

«El Opus Dei es una organización con vocación de poder, pero pretende ejercerlo sin que se note. Quienes lo conocen muy bien, quienes estuvieron dentro, quienes tuvieron lugares de jerarquía hablan de una institución opaca, cuando no, directamente, fraudulenta para sus propios miembros y aún para la Iglesia Católica. También para los Estados y las democracias. Porque la Obra no sigue las reglas de juego democráticas en general», señala la periodista Paula Bistagnino, autora de Te serviré. Fe, poder y disciplina (Planeta), un libro documentado y contundente basado en años de investigación y cuyo contenido es clave en al menos dos causas judiciales.

En una de las demandas, 43 mujeres acusan a la organización religiosa por trata de personas, sometimiento a la servidumbre, explotación laboral, una serie de episodios que habrían tenido lugar en una «escuela de mucamas»; en la otra, debe responder por la pista de una de las más grandes fortunas familiares de Latinoamérica, cuyo rastro se diluye en cercanías de las asociaciones civiles vinculadas con «la Obra».

Te serviré puede leerse como una historia de suspenso, pero es la narración de derroteros reales, de vidas, de personas cuyo norte cambió radicalmente luego de que el Opus Dei se cruzó en su camino, en su intento –exitoso– de extenderse a Latinoamérica, una vez que los brotes prosperaran en suelo español bajo el sol del franquismo. Cuenta Bistagnino que, en la década de 1950, uno de los primeros sacerdotes enviados por el fundador Josemaría Escrivá de Balaguer para que «la Obra» hiciera pie en Latinoamérica detectó en Chile a los Gianoli Gainza, una familia que había hecho fortuna con la minería. El flechazo fue instantáneo. Los lazos entre el Opus Dei y la matriarca primero y sus hijos luego se volvieron íntimos. Todos se convirtieron en miembros; la más pequeña de las hijas, Elina, lo hizo aún adolescente, con tal fervor que pasó el resto de su vida cumpliendo votos de castidad, pobreza y obediencia. Ella, que murió en 2021 en Argentina, era una desconocida para los legos, pero puertas adentro su nombre sonaba a santidad y vocación. Benefactora, fue la mujer más importante de la rama femenina en Argentina, adonde había llegado con la misión de sostener y multiplicar gracias a su don; tenía llegada en Roma, en los nombres importantes, al poder dentro de ese mundo opaco. Murió, presuntamente, en la pobreza; sus sobrinos denunciaron que el Opus Dei les ocultó más que su precario estado de salud. Desde 2016, en tribunales uruguayos se investiga si determinados numerarios operaron en las sombras para intervenir en las finanzas familiares y despojarlos de su herencia.

El libro cuenta con detalle también otra historia: la de las jóvenes pobres que eran llevadas lejos de sus familias con la promesa de educación y trabajo digno, pero que terminaban esclavizadas. Ese funcionamiento sistemático las convertía en numerarias auxiliares. Eran chicas a quienes se formaba en la «escuela de mucamas». Se las convencía de que la voluntad divina las quería sirvientas y no de cualquiera, sino de las personas de la élite que formaban parte, también, del Opus Dei. Hoy se las conoce como «Las 43», porque ese es el número de mujeres que lograron escapar y, luego de mucho tiempo, encontrarse y comenzar a reclamar judicialmente un camino en el que la investigación de Bistagnino tuvo un rol clave. La causa podría tener terminales más allá de las fronteras argentinas.

Durante años, la «escuela de mucamas» fue un rumor en torno a los centros del Opus Dei. La existencia de Elina Gianoli Gainza, en cambio, se aproximaba más a la leyenda. Por eso contarla fue lo más difícil de la investigación. «Era la historia de una mujer de la cual no había ningún rastro público porque su vida había sucedido entre muros. Yo conocía perfectamente ya el modus operandi del Opus Dei, pero necesitaba encontrar testimonios que me permitieran reconstruir esa vida, y contar la forma de actuar del Opus Dei en esa vida y en esa familia y en ese tiempo», dice Bistagnino. Había un paso más: además de aceptar hablar, los testigos tenían que aceptar hacerlo en un libro. «Fue lo más difícil. Más, incluso, que chequear datos o dar con alguna información», recuerda la periodista.


La familia
Revelar secretos no es gratis. Además del temor a la exposición frente a una organización aparentemente poderosa, en algunos casos se suma una dimensión difícil de prever: el aspecto familiar. «Hay personas que tienen un compromiso mayor porque sus familias pertenecen al Opus Dei, porque aún tienen personas dentro del Opus Dei y entonces eso tiene implicancias personales. Varias de ellas sienten que a esas otras personas muchas veces no les interesó lo mal que lo habían pasado o el daño que a ellas les habían causado; en algunos casos incluso les cuestionaron haberse ido del Opus Dei. Creo que, de alguna manera, esta posibilidad de dar testimonio hace que esas personas hoy digan “si antes a esta persona por la que yo estoy preocupada no le preocupó mi dolor, a mí ahora no me va a preocupar el impacto que mi historia tenga; es mi historia y tengo derecho a contar la verdad”».

Al libro de Bistagnino, la reactivación de la causa por trata de personas y explotación laboral, y el avance de la investigación por la herencia de los Gianoli Gainza, se suma también la publicación de otro libro sobre «la Obra», Opus. Sesenta años de una conspiración amparada por el dinero y la religión, de Gareth Gore, un periodista británico a quien Bistagnino conoció cuando ambos estaban trabajando en sendas historias. Es inusual: en todos sus años de existencia, el Opus Dei se movió en las sombras, y aun cuando sus movimientos eran ampulosos y ostentosos, no solían ser material de indagación.

«Me sorprendí cuando arranqué a trabajar y me di cuenta de que muchas cosas estaban ahí, no estaban tan ocultas y sin embargo no habían sido objeto de investigación periodística –reconoce Bistagnino–. Ni hablar de investigaciones judiciales, o académicas inclusive, ¿no? No tengo una respuesta a qué lo mantuvo oculto de esa forma. No sé si es la propia impunidad, la cantidad de ramificaciones y tentáculos que tiene. En algún caso porque en algunos medios de comunicación fueron más papistas que el papa y rechazaron publicar cosas sobre el tema, pero bueno, en todo caso quedó ahí como una especie de vacancia que a mí me resultó muy productiva: encontré un tema que aparecía solo lateralmente o a través de algún personaje o a través de alguna institución y demás». Hasta ahora, de hecho, «en América Latina el Opus Dei seguía funcionando como un poder impune e intocable».

Cuando se anunció la publicación de Te serviré, la representación del Opus Dei en Argentina se refirió a la novedad editorial con un comunicado titulado «Ante información falsa publicada en el libro Te serviré de Paula Bistagnino», en donde, de manera inesperada aún para los herederos litigantes y para la causa judicial, la organización reveló que, en realidad, el testamento de legitimidad discutida había sido revocado.

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