11 de enero de 2018
Santiago Olivera, obispo castrense, anunció este miércoles desde Roma que tiene en su poder el libro de bautismos registrados en la capilla de la ESMA entre 1975 y 1979, mientras funcionó allí una maternidad clandestina, y que a su retorno al país analizará con la Conferencia Episcopal «el modo de presentarlo» en sociedad. Olivera hizo el anuncio luego de reunirse con el papa Francisco, quien le sugirió «socializarlo a la prensa», afirmó. Tras la designación de Olivera, hace seis meses, un centenar de organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y religiosas le reclamaron que asumiera la deuda histórica del obispado castrense de «admitir la responsabilidad institucional que tuvo durante el terrorismo de Estado», y que resuelva la «apertura y puesta a disposición de los archivos del Obispado, tanto de la curia como de las distintas capellanías».