20 de abril de 2025
El peronismo bonaerense comienza a negociar una estrategia común para los comicios, en un clima de recelo entre Cristina Fernández y Axel Kicillof. La necesidad de preservar la unidad y el juego de los intendentes.

Diciembre 2024. Kirchner, Massa, Fernández y Kicillof en Moreno. Mariel Fernández y Verónica Magario completan la mesa.
Foto: NA
Cristina Fernández y Axel Kicillof se mostraron en los últimos días convencidos de que el peronismo alcanzará un acuerdo de unidad en la provincia. La expresidenta tuvo un gesto contundente al ceder y pedirles a sus legisladores que voten el proyecto del gobernador para suspender las Primarias Simultáneas Abiertas y Obligatorias (PASO), a la vez que depongan la intención de forzarlo a que se realicen elecciones concurrentes. Sin embargo, en ambas tribus reina la desconfianza y nadie puede garantizar que haya un consenso a la hora de armar las listas.
Los más inquietos son los intendentes, principalmente los que jugaron abiertamente a favor del desdoblamiento. La calma que generó el «gesto» de la titular del Partido Justicialista duró poco: luego de darle media sanción al proyecto para suspender las primarias en sintonía con el pedido del gobernador, doce legisladores cristinistas sorprendieron con la presentación de un proyecto de ley para habilitar la reelección indefinida de legisladores provinciales y municipales. Lo llamativo fue que excluyeron de ese beneficio a los intendentes, que desde hace tiempo lo reclaman, por lo que en el axelismo interpretaron la jugada como un mensaje directo a los jefes comunales que participaron activamente de la estrategia de emancipación del gobernador.

Probable candidata. Cristina Fernández puede postularse a la legislatura provincial por la tercera sección.
Foto: @CFKArgentina
Canchas marcadas
La lectura compartida por los intendentes que se agrupan en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) es que el cristinismo buscó «marcarle la cancha» a Kicillof y además generar un malestar en los intendentes con la demostración de que el Instituto Patria no realizará ninguna jugada en su favor. Todo eso se da en el marco de una movida latente de la expresidenta, quien en charlas privadas asegura que irá como candidata a diputada por la Tercera sección. La versión genera alarma en los municipios más populosos del Conurbano. Si bien para muchos no tiene verosimilitud y consiste en una estrategia de presión, lo cierto es que tiñe de desconfianza las incipientes conversaciones por el armado de las listas.
Entre los intendentes y la mesa chica de Kicillof, también hubo otro gesto que les demostró que La Cámpora no estaría completamente dispuesta a alcanzar un acuerdo. En la votación en el Senado provincial del proyecto para suspender las PASO, el cristinismo –en línea con la oposición– se negó a votarle al gobernador la modificación de los plazos que había sugerido. En La Plata planteaban la conveniencia de anticipar todas las instancias previas del cronograma, para ganar tiempo en la organización de los comicios. Sin embargo, los legisladores de la expresidenta le marcaron la cancha y definieron que el proceso electoral se mantenga con los plazos habituales, por lo que la presentación de alianzas deberá hacerse 60 días antes de la elección y el cierre de listas será 30 días antes. En la mesa chica axelista consideraron esa definición como «una nueva zancadilla» del grupo que responde a Máximo Kirchner.

Corriente propia. Kicillof inauguró el espacio Derecho al Futuro para acumular fuerza en la interna peronista.
Foto: NA
Parteaguas
Aunque los distintos sectores apuestan a un esquema de unidad, la gran mayoría de los intendentes presenta un posicionamiento claro. No fue simplemente una decisión política: fueron presionados para definirse por Kicillof o Fernández en los momentos de mayor tensión. El primer parteaguas fue el acto por el Día de la Lealtad que encabezó Kicillof el 17 de octubre de 2024 en Berisso. Fue una muestra del axelismo «puro», lo que ellos mismos bautizaron su «kilómetro cero», en una foto que reflejó quiénes estaban dispuestos a apoyar al gobernador y quiénes tomarían distancia. El kirchnerismo hizo lo propio con la decisión de Cristina Fernández de desembarcar en el PJ Nacional: los que no la felicitaron públicamente se transformaron en adversarios en la interna. El escenario terminó de clarificarse este año, cuando algunos intendentes sellaron su apoyo al MDF, la organización que nació para militar la candidatura nacional de Kicillof.
De los 84 intendentes del peronismo, más de la mitad está alineada con el gobernador. Entre ellos hay algunos muy representativos del Conurbano, que gobiernan municipios populosos y que pidieron públicamente el desdoblamiento electoral, oponiéndose a la voluntad de Cristina y Sergio Massa, como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Espinoza (La Matanza), Mario Secco (Ensenada), Juan José Mussi (Berazategui), Federico Achával (Pilar), Fernando Moreira (San Martín) y Andrés Watson (Florencio Varela). Julio Alak (La Plata) también fue uno de los jefes comunales de mayor peso propio que respaldó a Kicillof, mientras que Gustavo Barrera (Villa Gesell), se convirtió en una suerte de armador del interior bonaerense.
Por el Instituto Patria también pululan algunos intendentes con fuerte poder territorial, como los camporistas Mayra Mendoza (Quilmes), Julián Álvarez (Lanús) y Damián Selci (Hurlingham), entre las caras más conocidas que en los últimos meses profundizaron el malestar interno con críticas durísimas a Kicillof. Federico Otermín (Lomas de Zamora) y Mariel Fernández (Moreno) completan el esquema que responde a Máximo Kirchner en el Conurbano, que también tiene presencia en municipios del interior como Bahía Blanca con Federico Susbielles. El panorama lo completan unos 18 intendentes que responden a la conducción de Sergio Massa en el Frente Renovador (FR), aunque quedan, en el limbo, algunos jefes comunales del peronismo que hasta hoy expresaron no sentirse representados por ninguno de los bandos, como Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Julio Zamora (Tigre).
En este clima de divisiones arrancaron, por ahora de modo incipiente y subterráneo, las charlas para avanzar en un acuerdo electoral. Hay casos de municipios que se mirarán con especial atención a medida que avancen las negociaciones, como el de Morón, donde el intendente Lucas Ghi juega para Kicillof, mientras que el exintendente y titular de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, se mantiene leal a Cristina. El verdadero desafío de cara a las elecciones provinciales del 7 de septiembre será preservar la unidad. Pese a los reproches cruzados, los distintos sectores aseguran que el peronismo no se encamina hacia una fractura, aunque deberán demostrarlo en la práctica cuando llegue el cierre de listas.