10 de mayo de 2025
Novela
Fito Páez
Sony Music

Banda sonora. El músico ofrece un viaje psicodélico a través de sus canciones.
Foto: Chino Lemus
El nuevo disco de Fito Páez tiene por su carácter aventurero y su épica narrativa el espíritu del siglo XX: Novela contiene 25 tracks con canciones nuevas y fue editado en un doble vinilo. La idea del álbum nació en 1988 como un guion para una película con su respectiva banda de sonido, bajo la influencia del impacto generacional que provocó el film Quadrophenia de The Who en 1979.
El proyecto fue durante todo este tiempo una obsesión en su cabeza, una obra en construcción de largo aliento y un mito entre los fans tempranos de Páez. El resultado es un álbum audaz, el más ambicioso y complejo de toda su narrativa cancionera. No es un compilado de singles, sino un tótem que a lo largo de una hora se va construyendo por capas: cada pieza completa a la siguiente.
El resultado puede ser entendido como un largometraje musical con la voz en off de la actriz Lorena Vega, que introduce y aporta contexto a la trama de cada episodio narrado cronológicamente. El cantautor rosarino parte del origen de esta historia, en la que dos brujas de otra galaxia son castigadas por su comportamiento y tienen como reto enamorar a dos adolescentes: Jimmy, el chico que tiene una banda de rock y Loka, la hija del dueño de un circo de pueblo que llega a Villa Constitución, en Santa Fe. Y esa intervención de las brujas desatará una tormenta en la tierra.
Novela es un trabajo coral, barroco y de un humor extravagante, a la manera del escritor Kurt Vonnegut. El relato tiene desfachatez y una galería de personajes que atraviesan su historia y pasan por distintas subtramas: Jimmy y Loka, héroes y enamorados; las brujas Maldivina y Turbialuz; Rectitud Martirius, una bruja decana; Jok, el dueño del circo beat; Julius, un domador de tigres y un puñado de freaks como el Hombre Montaña, el mago Simón, Yasmin, la trapecista polaca, la mujer barbuda, el payaso borracho y el cura del pueblo.
Es un álbum solar con final feliz, y suena equilibrado musicalmente. La tensión no decae a pesar de la duración y la verborragia de las historias: algunas escenas son más creíbles y logradas que otras. Fito logra redondear su concepto por la prepotencia de estas canciones, con infinidad de detalles sonoros, desde los arreglos de cuerdas, la intervención de los metales y el corazón de una banda pop-rock, plasmados en los estudios Sony de Madrid y Abbey Road, en Londres.

La influencia de Los Beatles flota en el aura de temas como «Jimmy Jimmy», con un riff iracundo que es una cita a «Helter Skelter», y «Miss Understood», con sonidos de ukelele, tubas y el lirismo de una nube orquestal, que recuerda a la atmósfera de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.
Hay canciones magnéticas y con el sello de Páez, que va de las tonalidades menores a los saltos épicos de una guitarra eléctrica que sangra en «Cruces de gin en sal». Hay piezas frágiles y pequeñas baladas, con los refulgentes destellos de su arte como «Balas y flores» y «Love is falling over my heart», una de las más hermosas. Hay estribillos efervescentes como en «Superextraño», un pop rock ligero, flotante, como bitácora del romance, que ya escribió de una forma más personal en «Un vestido y un amor». Hay momentos de redención, que buscan lo mágico en la tempestad, como «Los corazones necesitan amar». Canción sobre canción, Fito Páez ofrece un viaje psicodélico con una visión renacentista, la invitación a meterse adentro de la película, a escuchar una hora de música sin distracciones: la única batalla que no quiere perder en una época líquida. Una señal así, enviada por uno de los grandes artistas del pop argentino, es inequívoca y resulta su mayor acto de rebeldía.