La pérdida de poder adquisitivo redujo la demanda de artículos del hogar y electrónicos. En simultáneo, la liberalización de las importaciones para el sector generó competencia desleal para la producción nacional. Reclamo de mayores ventajas impositivas.
3 de abril de 2018
Heladeras. La producción de electrodomésticos retrocedió un 30% el año pasado. (Télam)
El año comenzó con despidos en el sector de electrónica y línea blanca. En la última semana de enero la empresa Electrolux dio de baja 60 contratos como consecuencia del cierre de su línea de producción de freezers en Rosario, ante la baja de las ventas y la apertura de las importaciones. La situación afecta a otras firmas del sector que habían crecido al amparo de medidas proteccionistas, como Bambi, Briket y metalúrgicas de la línea blanca del cordón de Ovidio Lagos, Rosario. La oferta de productos electrodomésticos retrocedió el año pasado casi un 30%, en favor de la importación, según un informe elaborado por la consultora Ecolatina y la especializada en investigación de mercados Key Market. Pero la situación, lejos de revertirse, se agravaría este año debido a que la Secretaría de Comercio eliminó las Licencias No Automáticas (LNA) para la importación de celulares, aires acondicionados, microondas, televisores, equipos de audio y reproductores de DVD.
Apertura
A partir de la Resolución 898-E/2017 de la Secretaría de Comercio, se liberó la importación de productos electrónicos y línea blanca para empresas distribuidoras y comercializadoras bajo el argumento de buscar una mayor competencia interna para que bajen los precios. Por otra parte, el gobierno oficializó la baja gradual del impuesto interno para productos electrónicos que no son fabricados en Tierra del Fuego, y llevó a cero el tributo para los producidos en la isla. Como contrapartida a la reducción gradual de impuestos internos se acordó un tope a la discusión salarial del sector, baja de tasa provincial y costos portuarios. El acuerdo fue rubricado entre el gobierno nacional, la administración fueguina, la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE) y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Sin embargo, desde el sector reclaman una carga impositiva aun menor para poder competir con el aluvión de importados. Un estudio realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) para el sector de línea blanca revela que solo en la etapa de producción, hasta que el artículo sale de la fábrica, casi 30% del precio al que se lo exhibe en los locales lo conforman impuestos, a lo que hay que sumarles los tributos de la etapa de distribución y de la comercialización final. Esto repercute en el nivel de ventas y en el traslado de la demanda a importados.
El sector de electrodomésticos se caracteriza por tener una demanda abastecida principalmente por productos de origen nacional. En la mayoría de los casos, los bienes argentinos concentran cerca del 95% del mercado interno, con excepción de pequeños electrodomésticos, donde dicha relación se reduce al 35%. Por el levantamiento de las restricciones comerciales y la apreciación del tipo de cambio real, a pesar de que el mercado interno se redujo, las importaciones ganaron espacio. En línea blanca, la pérdida de la participación de la producción doméstica fue de 3,1 puntos porcentuales del mercado, mientras que en pequeños electrodomésticos alcanzó 2,9 puntos y en la línea gas solo 0,6 puntos.
Un informe de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo de Florencio Varela, uno de los polos productivos bonaerenses, destaca que la industria y el comercio local tuvieron caídas acumuladas en sus niveles de actividad, de 0,2% y 2,5% respectivamente en 2017. Los rubros más afectados fueron textil/calzado, alimentos/bebidas, electrónicos/línea blanca y bazar/juguetería. Entre las causales del estancamiento, la comuna señaló a «las paritarias por debajo de la inflación, la suba en las tarifas de los servicios públicos y la inestabilidad laboral». También responsabilizan a «la apertura de importaciones sumado a la reducción de las ventas y a los aumentos en la energía (electricidad y gas), que desalentaron la producción manufacturera».