13 de agosto de 2025
La Red de Turismo Campesino integra a 25 familias de los Valles Calchaquíes que proponen una forma diferente de conocer la región, con múltiples propuestas gastronómicas y culturales.

Turismo vivencial. Comidas típicas, artesanías y la posibilidad de alojarse en casas de familia, algunas de las iniciativas.
Foto: gentileza Cooperativa Red de turismo campesino
La Red de Turismo Campesino integra a 25 familias de los Valles Calchaquíes que proponen una forma diferente de conocer la región, con múltiples propuestas gastronómicas y culturales.
El turismo rural comunitario es una oportunidad para las familias campesinas que contribuye al arraigo de las generaciones más jóvenes y, en complementación con la agricultura familiar, aporta a lograr una continuidad de los ingresos. Así lo entendieron las 25 familias de los Valles Calchaquíes en Salta que hoy integran la Red de Turismo Campesino: pequeñas bodegas artesanales, productoras de arrope de uva, chañar y dulces caseros de frutas del valle (membrillo, higo, durazno, damasco), frutos secos, especias. También son parte de la Red artesanas que se dedican a los tejidos con materiales naturales (lana de llama, de oveja, vicuña y algodón), la cerámica y la joyería en alpaca.
El recorrido comenzó en 2004 en reuniones de cerca de 50 personas que recibían apoyo del que fuera el Programa Social Agropecuario y del INTA. Soledad Cutipa, secretaria de la cooperativa y asociada fundadora, relata: «Evaluábamos la producción planteando las problemáticas. Un grupo venía dedicándose al turismo y se decidió solicitar acompañamiento técnico. La tarea fue asignada al ingeniero Ramiro Ragno, quien nos asesoró para crear la propuesta». Y continúa: «Teníamos mucho entusiasmo. Hubo un gran esfuerzo. Viajábamos desde lejos para llegar. Las reuniones duraban todo el día: eran intensas y de mucha discusión. El proceso nos ayudó a conocernos y a conformar un grupo que veía al turismo como un proyecto de largo plazo». El arraigo rural ha sido un objetivo claro. Soledad continúa: «Quienes comenzaron fueron personas mayores, quienes tomaron la iniciativa de preparar sus casas. Hoy muchos no están y siguen sus hijos».

Expertos. Recorridos por los imponentes paisajes salteños son acompañados por guías locales.
Foto: gentileza Cooperativa Red de turismo campesino
Oferta diversificada
En 2008, luego de cuatro años de intensa labor, lograron constituirse en cooperativa. Son en un 80% mujeres, representando a sus familias. Participan en la Red las comunidades de Santa Rosa, San Carlos, Corralito, Animaná, San Antonio, San Luis, Divisadero, Cafayate, Jasimaná y El Barrial. Soledad continúa: «Nos capacitamos sobre regulaciones sanitarias y otras normativas. Ser cooperativa nos ayudó a fortalecernos, unirnos y contar con una oferta diversificada. Y cuando alguien lo necesita, lo ayudamos a levantarse y continuar. También nos permitió trabajar con otras organizaciones, como agencias de viajes». A su vez, son parte de la Red Global de Turismo Comunitario (con sede en Canadá) y de la Red Argentina de Turismo Rural Comunitario (RATURC).
Recordando aquellos tiempos, Rosa Terraza, presidenta de la cooperativa, menciona: «La Red me enseñó la paciencia, y a ayudar a los demás. Aprendimos a no tener vergüenza y a atender a quienes nos visitan para que se sientan bien. Nos ayudan y los ayudamos a ellos, que se van contentos».
En 2013 el turismo rural comunitario pasó a contar con una reglamentación provincial. Recuerda Soledad: «El turismo rural comunitario, con alojamiento en casas de familia, no existía en la zona. Tomamos el modelo de Ecuador, Bolivia y Perú y dedicamos mucho esfuerzo a explicarle a quienes legislan de qué se trata». Hoy el turismo rural comunitario cuenta con un área del Gobierno provincial abocado a la actividad.
En 2015, gracias al Programa PROSAP, luego de varios años trabajando en un pequeño local alquilado en San Carlos, la Red logró crear su espacio propio en un terreno con un casco antiguo que la municipalidad de San Carlos le cedió en comodato. «Tener una casa propia es lo máximo para cualquier familia, y nuestra organización es familia».
Hoy la Red brinda alojamiento en casas familiares, principalmente en los parajes de Divisadero (a 6 kilómetros de Cafayate) y Corralito (a unos 25 kilómetros de allí). En cada una de estas comunidades, hay familias que reciben como máximo a 6 personas cada una. Ofrecen paquetes completos (que incluyen alojamiento con pensión completa y actividades a elección). En cuanto a experiencias, brindan talleres de tejido, cerámica y gastronomía, degustación de vinos, paseos guiados y cabalgatas. «Nuestro turismo es vivencial y sustentable. Buscamos que quienes viajan compartan con la familia y conozcan su vida en el día a día», explica Carolina Olivares, tesorera de la cooperativa.
Reflexionando sobre el recorrido, Soledad menciona: «Muchas familias comenzaron desde cero. Tuvieron que aprender, perder los miedos y fortalecerse. Hoy vemos el crecimiento, a la gente viviendo del turismo, de su producción, y es una alegría. Y estamos vendiendo paquetes para 2026. Esto nos exige continuidad, que es lo más importante. Vemos con entusiasmo que nuestros hijos siguen el camino». Y Carolina concluye: «Aprendimos mucho en estos 20 años, escuchamos a quienes nos visitan para ofrecer un buen servicio. Y el intercambio cultural nos enriquece».