11 de septiembre de 2025
El sacerdote Lorenzo “Toto” de Vedia, párroco de Nuestra Señora de Caacupé en Villa 21-24 en la capital y uno de los referentes del Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de ciudad de Buenos Aires aseguró que “la droga, la falta de empleo, la pobreza estructural, el individualismo imperante y la exclusión fue generando un paulatino rompimiento del tejido social. Esto viene desde hace mucho tiempo. Se ha acrecentado en los últimos tiempos”. El cura hizo la afirmación en el marco de un encuentro denominado “No más chicos/as descartables” patrocinado por el Área de Niñez de la Vicaría Episcopal para el Servicio de la Caridad y el Desarrollo Humano del Arzobispado de Buenos Aires.
Según el religioso, “a muchos pibes se les rompió la vida antes de tiempo” y esto se refleja en las “las tres tenebrosas ‘C’: calle-cárcel-cementerio, como destino fatal para un montón de nuestros chicos, adolescentes y jóvenes”. Por eso, siguió diciendo, “desde la iglesia llevamos adelante desde hace bastante tiempo una pastoral con fuerte acento en ese segmento de la población que podríamos resumir esto en las tres positivas ‘C’: capilla-colegio-club”, aunque “sabemos que muchas veces llegamos tarde”, subrayó.
Por otra parte, en el marco de la convocatoria, Nazarena Bauso (CONICET-UCA) presentó el informe “Derechos de la infancia en la Argentina (2010-2024). Avances, desafíos y desigualdades” producido por el “Observatorio de la deuda social argentina” de la Universidad Católica Argentina (UCA). Entre las conclusiones del trabajo se afirma que “a pesar de los avances institucionales en materia de protección social y cobertura educativa, las desigualdades estructurales persisten e incluso se han profundizado en los últimos años”. El estudio sostiene que “la pobreza y la indigencia afectan de manera desproporcionada a niños, niñas y adolescentes, con tasas consistentemente más altas que las observadas en la población adulta, que refleja una transmisión intergeneracional de la exclusión social”. En el mismo trabajo se señala que “si bien la cobertura de transferencias no contributivas (AUH, Tarjeta Alimentar) alcanza a una amplia mayoría de la población infantil en situación de pobreza, su efecto compensador se ve limitado frente a la magnitud de las privaciones en hábitat, salud, educación y socialización”.
Por su parte, Oscar Ojea, obispo emérito de San Isidro y ex presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, presente en la reunión abogó para que las jornadas apunten “a nuestros corazones y también a nuestras mentes para que nuestras comunidades renueven y actualicen el cuidado de nuestros menores más desamparados” y pidió “que Francisco mismo nos ayude desde el cielo a seguir su legado”. Pidió también que “no nos saquemos de encima la vida ni propia ni ajena, tampoco las actividades; que abracemos de corazón a cada chico, joven y adolescente”.