28 de septiembre de 2025
Una batalla tras otra
Director: Paul Thomas Anderson
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Benicio Del Toro, Chase Infiniti, Regina Hall, Teyana Taylor.
País: Estados Unidos
Giro dramático. Bob (DiCaprio) es un exrevolucionario apático cuyas inseguridades desaparecen cuando se trata de cuidar a su hija.
Foto: Prensa
El director de Petróleo sangriento y Magnolia presenta un alegato sobre la resistencia en tiempos de locura colectiva y violencia desmedida. Para ello, escribe y dirige este fascinante tour de force ambientado en el sur de los Estados Unidos, con toques de comedia.
La historia está inspirada en la novela Vineland, del escritor estadounidense Thomas Pynchon, también autor de Vicio propio. Sin embargo, el realizador traslada el relato a la frontera entre Estados Unidos y México, utilizando como telón de fondo los centros de detención y deportación de migrantes, donde se manifiesta un odio racial latente.
Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio) y Perfidia Beverly Hills (Teyana Taylor) son dos exrevolucionarios que formaron parte de un grupo clandestino conocido como los French 75. En el pasado, lucharon contra el «fascismo dominante» mediante acciones armadas: colocaron explosivos, asaltaron bancos y liberaron a migrantes mexicanos que estaban a punto de ser deportados. De esa unión nació su hija, Willa (Chase Infiniti). Dieciséis años después, la joven ya es una adolescente que no comprende el accionar de su padre, a quien considera un conspiranoico. Sin embargo, el coronel Steve L. Lockjaw (Sean Penn), comandante del ejército encargado de las deportaciones, reaparece y secuestra a Willa con el objetivo de atrapar al resto de los exmilitantes del grupo. Rescatarla se convertirá en la misión de Bob, en un viaje que también funciona como una lección sobre el legado revolucionario.
Anderson elabora una sátira social muy ingeniosa que articula varias de las problemáticas más acuciantes de la actualidad estadounidense: el odio al diferente, la persecución a los inmigrantes, la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad, el poder político vinculado con grupos supremacistas, la importancia de la lucha y la resistencia, entre otros. Un abanico de situaciones que, aunque parecen inabarcables, logra enhebrar con coherencia y estilo.
Para ello, recurre a dos grandes personajes. El primero es Bob, interpretado por DiCaprio: un guerrillero que sigue a su compañera sin la convicción ni la fuerza necesarias. Su accionar es torpe y dubitativo; pasa sus días fumando marihuana y viendo La batalla de Argelia en el sillón de su casa. Sin embargo, sus inseguridades desaparecen cuando se trata de cuidar a su hija. El segundo personaje es el coronel Lockjaw, encarnado por un Sean Penn que transforma completamente su rostro y físico para dar vida a una figura despreciable y peligrosa, al estilo del Daniel Day-Lewis de Petróleo sangriento. Su personaje es grotesco, con una mirada cargada de odio, una renguera y un tic bucal que amplifican su patetismo.
Representa la síntesis del supremacista blanco: un ser perverso que goza del ejercicio de la violencia como brazo armado del poder. También tienen roles fundamentales Sensei, el maestro mexicano de artes marciales interpretado por Benicio Del Toro, la activista Deandra, encarnada por Regina Hall y muchos otros personajes secundarios que enriquecen el relato.
Una batalla tras otra es pura adrenalina. El montaje paralelo intercala escenas y eleva la tensión minuto a minuto con su punto máximo en la persecución final, filmada con una maestría exquisita, para retratar las distancias y desniveles geográficos del paisaje. Los movimientos de cámara acompañan con fluidez a los personajes, mientras la banda sonora establece un tono cómico que equilibra el drama. Recursos utilizados para hacer una película vibrante, divertida y, aun así, profundamente sincera en su mirada sobre los frenéticos y demenciales tiempos en que vivimos.
