Política | CONSECUENCIAS DEL RESULTADO ELECTORAL

El nuevo Congreso

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Demián Verduga

Crecimiento libertario, el peronismo como principal oposición y el control del quórum en disputa son algunas de las características de la integración de ambas Cámaras desde el 10 de diciembre.

Poder Legislativo. Desde 2026, mayor peso del oficialismo nacional.

Foto: Shuttestock

El resultado de las legislativas del 26 de octubre tuvo algo en común con las elecciones de los últimos años: fue una sorpresa. Nadie –ni siquiera el Gobierno– esperaba que La Libertad Avanza (LLA) llegara al 40% de los votos a nivel nacional y ganara la mayoría de las provincias. Lo más sorprendente ocurrió en territorio bonaerense. El mileísmo había perdido por 13 puntos las elecciones de legisladores locales, el 7 de septiembre. Un mes y medio después ganó por menos de un punto. (Al cierre de esta nota estaba comenzando el escrutinio definitivo de la elección. Existe la posibilidad de que algunos resultados cambien, incluido el bonaerense. Eso, sin embargo, no modifica el impacto político de la remontada mileísta).

La elección de medio término define las relaciones de fuerza en el Congreso Nacional. Un recorrido por la conformación que tendrán los bloques a partir del 10 de diciembre permite analizar los escenarios de las próximas batallas parlamentarias. El presidente Javier Milei tiene pensado pisar el acelerador en el verano y convocar a sesiones extraordinarias. Presupuesto, reforma laboral, reforma tributaria, Ley Bases II para desguazar el Estado, son algunos de los proyectos que se discutirán. Todo ocurrirá mientras la pequeña porción de la sociedad que puede disfrutar del dólar barato invade las playas de Brasil.


El mapa
Uno de los objetivos políticos que Milei y su entorno se habían trazado desde que llegaron a la Casa Rosada era que La Libertad Avanza quedara como la única fuerza que hiciera de contrapeso del peronismo. Descartaron desde el inicio la estrategia de conformar una coalición al estilo Cambiemos. Ese objetivo –hay que decirlo– se logró. El mileísmo demolió a Mauricio Macri y al PRO en la elección porteña del mes de mayo y ahora se llevó puesto al centenario radicalismo. La parte de Argentina que es antiperonista se pintó de violeta.

Esto se refleja de un modo muy nítido en la Cámara de Diputados. La Libertad Avanza (LLA) tenía 37 diputados y a partir del 10 de diciembre contará con alrededor de 80. Sus aliados del PRO se redujeron. Tenían 35 y pasaran a 24. Por supuesto que esta cuenta ubica a Diego Santilli, por ejemplo, como libertario, aunque alguien podría pensar que es santillista.

La suma de los dos bloques que vienen funcionando en conjunto arroja alrededor de 104 escaños. Sobre ese piso todavía la faltan 15 para quórum propio. ¿Le será muy difícil a LLA conseguirlos? Lamentablemente para el futuro de los sectores populares argentinos la primera respuesta sería que no.

El frente Provincias Unidas se conformó hace pocos meses con seis gobernadores: Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Ignacio «Nacho» Torres (Chubut). El objetivo de estos mandatarios era generar un anclaje nacional para presentar listas propias en sus provincias. El viernes previo a la elección difundieron el poroteo que tenían en la cabeza. «Calculamos armar un bloque de entre 25 y 30», dijo en off uno de los diputados que hoy forma parte de Encuentro Federal.

Las urnas fueron un balde de agua fría para Provincias Unidas (PU). Excepto Valdés en Corrientes, todos los gobernadores del espacio perdieron en sus provincias. Al que peor le fue es a Pullaro. Quedó tercero en Santa Fe con solo el 18% de los votos. La traducción legislativa es que el bloque de Provincias Unidas, más lo que quedó en pie de Encuentro Federal, presidido por Miguel Pichetto, suma 16 escaños en la Cámara Baja. La mitad de lo que aspiraban.

Diputados. Libertarios más PRO llegan a 104 bancas, mientras que el peronismo y aliados mantienen sus 99 escaños.

Foto: NA

Entre esos diputados estará el exgobernador cordobés Juan Schiaretti. El «Gringo» ya venía negociando a través de Mauricio Macri tener una posición cercana al Gobierno en los debates parlamentarios. Ahora, con la derrota a cuestas, tanto él como el resto de los representantes de PU estarán aún más débiles para negociar con Milei. Son gobernadores que en la mayoría de los debates centrales respaldaron al oficialismo al inicio de la gestión, por ejemplo, con la Ley Bases. Es casi imposible pensar que harán algo distinto ahora, en una posición de mayor debilidad y ubicados en el cuadrante político del antiK.

La situación del radicalismo puede describirse como la de una especie al borde de la extinción. Los distintos bloques radicales, los que usaban peluca y los que tenían una posición más refractaria a Milei, sumaban 26 diputados. Luego del tsunami violeta quedaron en total con 9 escaños. Quizás alguno decida pasarse a la oposición, pero la mayoría de ellos van a ir a buscar el cobijo que este dispuesto a ofrecerles Milei. Por eso es que, cuando se hace el poroteo más fino, puede apostarse que LLA no tendrá demasiadas dificultades para reunir el quórum.

Enfrente queda el peronismo. Cuando finalice el escrutinio definitivo tendrá alrededor del 35% de los votos a nivel nacional. Es su piso, a 5 puntos de LLA. Desde el punto de vista legislativo, el peronismo ponía en juego en la Cámara de Diputados el caudal de una elección mala, la de 2021. Por eso, a pesar de la derrota general, el bloque quedará igual que antes con 99 miembros. Incluso existe la chance de que sume alguno más con el escrutinio final.

Lo que no es fácil predecir es si esta derrota profundizará el debate interno al punto de que esas tensiones terminen en fracturas parlamentarias. Se verá.


El Senado        
Así como en Diputados el peronismo ponía en juego una mala elección, en el Senado le ocurría lo contrario. Los senadores se renuevan cada seis años así que lo que se renovaba era la elección de 2019, cuando Alberto Fernández ganó con el 48% en primera vuelta y se impuso en la mayoría de las provincias.

De las 24 bancas que se pusieron en juego en la Cámara Alta 15 eran del interbloque peronista. Se logaron renovar 7. El interbloque de Fuerza Patria pasará de 34 miembros a 27. Es el momento de mayor debilidad del peronismo en el Senado desde el retorno de la democracia en 1983.

Existe la posibilidad de que este número cambie con el escrutinio definitivo. Hay dos provincias, Río Negro y Chaco, que renovaron senadores con una diferencia exigua entre el primero y el segundo. En la competencia por el Senado el que sale primero se lleva dos bancas y el segundo se queda con una. En Río Negro el peronismo se impuso por un margen muy estrecho y en Chaco fue al revés, así que en ambos casos la moneda está girando en el aire.

El mileísmo puro no tenía nada que perder en la Cámara Alta. No ponía en juego ninguna banca. Pasará de 6 a 18. El PRO, en cambio, se reducirá de 8 a 6 y el radicalismo de 13 a 10. La mayoría del electorado optó por fortalecer el poder parlamentario de Milei. Solo se puede esperar que el ajuste de la inversión pública y el desguace del patrimonio estratégico nacional se profundicen.

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