LeBron James, considerado el mejor del mundo, firmó contrato con Los Angeles Lakers por los próximos cuatro años. Su llegada revoluciona a la NBA y a un equipo que busca reconstruirse luego de 8 años sin títulos. Proyectos comerciales fuera de la cancha.
25 de julio de 2018
California. Aficionados le sacan fotos al mural que le da la bienvenida a James. (BROWN/AFP/DACHARY)
Los Ángeles es el epicentro de Hollywood, con sus edificios imponentes y sus grandes artistas que le dan vida a una industria cinematográfica siempre en expansión. Junto con Nueva York, son los dos faros más importantes de la cultura de Estados Unidos. Pero, además de sus paisajes y de sus protagonistas del espectáculo, la ciudad californiana también atrae por el deporte, especialmente, el básquet. Para un basquetbolista, por caso, consagrarse allí es haber llegado a lo más alto de su carrera. Y a esto apunta LeBron James, considerado el mejor jugador del mundo en la actualidad y referente central en la NBA.
Se trata de uno de esos jugadores de excepción, de esa raza de atletas que no se conforman con llegar a las finales. Necesitan el título de campeón. De ahí que su llegada a Los Angeles Lakers, este año, se explica desde este aspecto. Alcanza con repasar sus últimos cuatro años jugando para Cleveland Clavalliers (conocidos como los Cavs), donde James llegó al partido decisivo mostrando su talento, aunque solo logró coronarse en una oportunidad. Los tres reveses fueron contra Golden State Warriors, liderado por la otra gran figura de la liga: Stephen Curry. Esta diferencia entre ambos equipos se acrecentó con la partida de Kyrie Irving en 2017, su socio en la cancha, por lo que la derrota abrumadora en la última final marcó el cierre de la era LeBron, quien advirtió que sería casi imposible quebrar la hegemonía de los Warriors con los Cavs.
Por tal motivo The King, tal es su apodo por el dominio que ejerce en el juego, decidió a sus 33 años buscar un nuevo desafío. Y encontró uno a su medida: Los Angeles. Un pase que revolucionó no solo a la competencia estadounidense, sino también al deporte global por los dineros que moviliza en la actualidad. LeBron, sin ir más lejos, firmó un contrato de 4 años por 154 millones de dólares. Una cifra sideral.
Fama y gloria
«El impacto de la mudanza de James a los Lakers es gigante, porque es el mejor jugador del torneo que llega a una de las franquicias más importantes y a uno de los dos mercados más grandes que pueden existir (el otro es Nueva York)», analiza para Acción Leandro Fernández, periodista argentino que trabaja para la NBA. «Si los Lakers ya son una marca que todos quieren ver, ni hablar si en la cancha está el mejor. Todo lo que rodea al juego (espectáculo, ventas y todo tipo de consumo) se potenciará con la llegada de LeBron», añade Fernández.
El golpe de efecto es enorme. Los Lakers, que no ganan un título desde 2010, dieron el primer paso en busca de volver a ser un equipo ganador tal como lo fueron en los años 80, de la mano de Magic Johnson, y luego, a comienzos de este siglo, con Kobe Bryant y Shaquille O’Neal dominando la NBA. Los angelinos acumulan 16 títulos, uno menos que Boston, pero hoy su rival más temible está en su propia conferencia: Golden State. «James transforma por completo a los Lakers, hace que un equipo de jóvenes con potencial pase a ser protagonista», sostiene Fernández, quien advierte: «El tema es que hoy los Lakers no son candidatos. Si bien LeBron va a potenciar al plantel, parten un paso atrás de Golden State. Ahora, si llega una estrella más (algo que Los Angeles buscará), quizás completen el rompecabezas para poder ir por todo». Esa estrella sería Kawhi Leonard, de San Antonio Spurs, aunque recién llegaría en 2019, cuando se le termine su contrato.
Más allá de lo basquetbolístico, LeBron persigue otros objetivos en California. Además de cerrar un fabuloso contrato, The King está en tratativas para participar en tres proyectos de Hollywood: una comedia protagonizada por él, la segunda parte de la película Space Jam (la primera, en 1996, tuvo a Michael Jordan como personaje principal) y una serie de Netflix. James siempre tuvo un perfil alto. Si hasta el día de hoy los flashes estuvieron iluminando su sombra, en Los Angeles encontrará toda la fama que siempre buscó y nunca esquivó. Además, claro, de tener un reto deportivo muy atractivo. Porque LeBron, antes que nada, es un basquetbolista con hambre de gloria.