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Del Central a la mesa

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Beatriz Chisleanschi

Alta Red es una federación que nuclea a siete cooperativas productoras de frutas y verduras orgánicas. Abastece a 64 comercializadoras del AMBA y varias provincias.

Equipo. Los integrantes de la Federación en el local de 640 metros cuadrados dentro del Mercado Central de Buenos Aires.

Foto: Mariano Dalaison

Para quien nunca fue al Mercado Central de la Ciudad de Buenos Aires, hacerlo por vez primera es ingresar a una «pequeña gran ciudad» caracterizada por una alta circulación de camiones y autos que, continuamente, cargan y descargan desde alimentos frescos a productos elaborados. 

Cerca de Puerta 6, en De la Huerta 27, un local de 640 metros cuadrados alberga a la Federación de Cooperativas Alta Red. «De la producción a la comercialización, unidos en cooperación» reza el cartel de bienvenida, y esta frase ya marca que lo nodal en el espacio es reunir a cooperativas productoras y comercializadoras de diferentes productos, entre ellos, fundamentalmente, frutas y verduras orgánicas.

Alta Red está conformada por siete cooperativas ubicadas en distintos puntos del país: «Nuestra América, Despierta Voces, Vínculos Productivos, Colmena, Tierra Soberana, Colectivo Solidario y Darío Santillán», cuenta Leidy Ortiz, presidenta de la Federación. También abastecen, según los productos, a 64 comercializadoras que funcionan en el AMBA y articulan 19 provincias activas. «Nuestros valores son trabajo digno, agroecología e impulsar la soberanía alimentaria –explica Ortiz–. Lo que nosotros hacemos es articular con todos los productores directos y ser un nexo para acortar intermediarios en el circuito de la comercialización».

Respecto a los productores, «en la gran mayoría son agriculturas familiares, en otros son productores cooperativos, pero también están quienes fabrican productos de almacén. Muchos son emprendimientos familiares, pymes e, incluso, alguna PUPA (Pequeñas Unidades Productivas) que hacen mermelada, por ejemplo, y también trabajamos con ellos de modo de impulsar el mercado interno», cuenta Ortiz.


Eficiencia
Instalados en el Mercado Central desde 2016, comenzaron con un puesto de apenas 30 metros cuadrados. La eficiencia de su trabajo fue reconocida por el Ministerio de Industria del momento y por el propio Mercado Central y le dieron el espacio donde funcionan en la actualidad, lo que les permitió incluir frutas y verduras, pero provenientes de pequeños productores de modo de «marcar las tres patas, lo social, lo ambiental y lo económico». Sin embargo, como federación de comercialización se constituyeron en 2022, siendo la primera de este tipo. 

Nexo. La federación reúne a cooperativas productoras de frutas y verduras orgánicas, entre otros productos.

Foto: Mariano Dalaison

Lo que los integrantes de la federación han armado es una red de redes entre las cooperativas productoras y comercializadoras, una Alta Red, parafraseando el «alta llanta» del lenguaje popular. Son muchas las familias que viven de la federación. «Nosotros acá, en el depósito, somos 25 personas (otro tanto trabaja durante la noche). En las cooperativas pueden trabajar otras 20; más el circuito de comercialización, nucleamos a más de 200 familias que hacen que esto sea posible», detalla Leidy Ortiz.

La Universidad de Quilmes (Unqui) y la de Tres de Febrero (Untref) participaron muy activamente en la conformación de Alta Red y continúan con aportes que permiten garantizar una gestión de calidad. La Untref armó el Sigepro (Sistema de Generación de Productores) que ayuda a que el productor no pierda la identidad, «entonces, cuando vendemos un producto, sabemos de donde viene, qué tiempo van a tener para proyectar y planificar. Tenemos toda la caracterización de ese productor y lo mostramos a las comercializadoras y consumidores», relata.

El Sigrepo se torna esencial para seguir la trazabilidad del producto que llega de distintos lugares del país, «es decir, desde que el productor lo carga hasta que lo entregamos, hay un proceso. Tenemos fichas técnicas donde registramos cómo llega, cómo viaja en el transporte, si tienen bien el peso, el empaque, los rótulos y todas las habilitaciones y normas que exige el Senasa de modo de poder garantizar que ese producto no esté contaminado», desarrolla Ortiz.

Esta tarea está a cargo del equipo nutricional, que se dedica, a su vez, a capacitar a las cooperativas y comercializadoras que están dentro del rubro: las prepara y les da un curso de manipulación. La federación está conformada por presidenta, secretaria y tesorero y tienen cuatro cargos más que son vocales y síndico.

«Una vez a la semana se reúne el Consejo y analizamos problemáticas que pueden llegar a surgir», relata Ortiz, y «una vez al mes hacemos asambleas con nuestros federados y quienes trabajan en la gestión y lo operativo y esto nos permite analizar metas más macro».

A modo de síntesis, Lady Ortiz destaca que las cooperativas también se pueden «preparar, profesionalizar y diseñar estrategias y proyectos para poder seguir creciendo».

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