11 de diciembre de 2013
En mayo de 1973 asumía como ministro de Hacienda el líder de la confederación de empresarios nacionales, quien intentaría reestructurar por completo el entramado económico argentino.
El 25 de mayo de 1973 asumía la presidencia de la Nación Héctor José Cámpora, quien había resultado electo con el 49% de los votos en los comicios de marzo de ese año. Lo acompañaba un gabinete «consensuado» que juraba pocas horas después. El influyente ministerio de Hacienda y Finanzas quedaba en manos de José Ber Gelbard y su equipo. «Por fin había llegado; luego de 30 años de esfuerzo, llegaba donde quería llegar con sus ideas de “burguesía nacional” la figura más poderosa y más compleja del nuevo gobierno, el verdadero jefe de los burgueses nacionales», relata la periodista María Seoane en El burgués maldito, el perfil más completo del líder histórico de la Confederación General Económica (CGE), la organización que representó por más de tres décadas a los pequeños y medianos empresarios y al llamado «empresariado nacional».
A 40 años del ministerio Gelbard, la asamblea de pequeños y medianos empresarios (Apyme), el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (Iade) y el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) recordaron la gestión de uno de los principales artífices del «pacto social» de mayo de 1973 entre la Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación General Económica (CGE) y el Estado.
En la sala Laks del Centro Cultural, el director del Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad del INTI y primer titular de la Corporación de la pequeña y mediana empresa (Copyme), el ingeniero Rafael Kohanoff, el presidente de Apyme, Eduardo Fernández, y el director de Realidad Económica, Juan Carlos Amigo, recordaron casi de primera mano la trayectoria de Gelbard y sus proyectos de ley más importantes. «Gelbard fue un cuentenik, en yiddish, alguien que vendía, compraba, hacia nexos, hacia negocios propios y vinculaba a empresarios. Haciendo una extrapolación, creo que fue un cuentenik de la política empresaria, social y económica nacional», señaló Amigo. El Plan trienal 1974-1977 y la gestión de Horacio Giberti al frente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería durante el ministerio Gelbard fueron también analizados por Amigo. Por su parte, Fernández, de Apyme, llevó adelante un breve recorrido por la historia de la CGE desde su fundación a mediados del siglo pasado y señaló que «la CGE llega al 73 con un movimiento empresario unido y con un programa, fruto de duros debates, pero poniendo siempre por delante a la nación y a la sociedad. La historia no se repite, pero sí deja enseñanzas», dijo Fernández. «Gelbard, para logar la unidad de una organización que en ese año reunía a un millón de asociados, pensó siempre en una organización empresarial amplia, no como apéndice del gobierno o partido, sino en un empresariado como actor social», señaló.
Por último, Kohanoff recordó su gestión al frente de la Copyme, creada por el ministro de Hacienda y afirmó: «Gelbard fue el artífice de lo que podríamos llamar una posibilidad histórica. Cuando concebimos la Copyme, pensamos en un instrumento que permitiera dar apoyo a las pymes, pero que además estaba enlazado con la sustitución de importaciones, con la promoción de las exportaciones, con lo impositivo, con las compras del Estado. En síntesis, con un proyecto».