Goleador del Manchester City, el argentino es considerado una de las tres máximas leyendas de la Premier League junto con Alan Shearer y Thierry Henry. La reinvención de su juego de la mano de Guardiola y los conflictos vigentes con el seleccionado.
14 de marzo de 2019
Grito. El delantero surgido en Independiente festeja con su gente un tanto ante el Chelsea. (SCARFF / AFP / DACHARY)
Una encuesta de Sky, la cadena británica de televisión, preguntó a los hinchas quién era el mejor delantero de la historia de la Premier League. El elegido fue una leyenda del fútbol inglés, Alan Shearer, el hombre que posee la mayor cantidad de goles, a una gran distancia de otros dos peso pesados como Wayne Rooney y Andy Cole. Pero lo interesante fue que después de Shearer aparecieron en una disputa cerrada el francés Thierry Henry y el argentino Sergio Agüero, quien a diferencia de los otros delanteros sigue haciendo goles en la Premier con el Manchester City. Y si había alguien que podía terciar en esa disputa, era el propio Shearer, que ya había dado su veredicto meses antes: «Agüero es el mejor jugador extranjero que tuvo la Premier League». Y al Kun todavía le falta el último recorrido, recién tiene treinta años.
Como ocurre con otros jugadores de su generación, algunos de ellos sus amigos, ese asiento en la elite contrasta con el lugar que Agüero ocupa en el imaginario argentino, más precisamente en la Selección, donde su nombre divide los sentimientos de los hinchas. Si en Inglaterra va camino a ser una leyenda, en la Argentina forma parte de una camada maldita, perseguida por las finales perdidas y castigada, en distintos costados después del Mundial de Rusia. Sólo eso explica que con los números que acumula el Kun en el Manchester City haya quedado afuera de la última convocatoria de Lionel Scaloni para los amistosos de este mes contra Venezuela y Marruecos.
Aunque todo parezca fácil para Agüero, mucho más cuando define frente al arquero, tuvo que rearmarse en varias ocasiones y ganarse su lugar. Cuentan los periodistas Luis Martín y Pol Ballús en el bellísimo libro Cuadernos de Mánchester que una cena entre el Kun y Pep Guardiola, apenas el entrenador llegó al City, fue clave para que el delantero entendiera lo que el catalán quería. En su juego colectivo de pase y posesión, Guardiola no aceptaría a ningún jugador que no corriera, que no se sacrificara por el equipo. El que llegó, además, para hacerle sombra fue Gabriel Jesús. No solo le hizo sombra, el brasileño llegó a sacarle la titularidad al argentino. Agüero sabía que debía reinventarse otra vez, demostrarle a Guardiola que él era el centrodelantero para el equipo que estaba constuyendo, una sinfónica que no debía desentonar en ninguna parte de la cancha.
«Cuando camina por Mánchester –escriben Martín y Ballús–, el Kun ve su cara en la piel de los fans celestes, su nombre en el cuello de un tipo con la cabeza rapada. Cuando van al campo, cuando se sientan en el palco, sus familiares ven el nombre del hijo escrito en el 60% de las camisetas». En Mánchester, Agüero es sinónino de minuto 93, cuando el City concretó una remontada emocionante frente al Queens Park Rangers que le dio la liga en 2012. El gol de Agüero es inolvidable para cualquier hincha. Su nombre también lo será. Pero como marcan los periodistas, desde entonces, Agüero «vivía de rentas», del empujón del pasado. Cuando llegó Guardiola se reunió con él para comprometerlo con una idea, con ser un goleador, pero sobre todo ser parte del proceso de juego, moverse unos metros más alejado del área. Y Agüero lo entendió: durante la temporada 2017-2018, hizo 30 goles y dio 7 asistencias en 39 partidos. Pero también tuvo otros episodios, como el accidente en Ámsterdam durante un día libre, cuando el auto en el que regresaba de un recital de Maluma chocó a unas horas de jugar frente al Chelsea. Agüero estuvo un mes afuera de las canchas, y fue allí que vio, además, cómo su entrenador estaba dispuesto a apoyarlo incluso en esas circunstancias. «No soy un policía, tienen día libre y pueden hacer lo que quieran», dijo Guardiola en esa oportunidad.
Marcas de gol
A los 4 títulos que ganó con el City, Agüero le suma sus propios récords. Como recordó la cuenta de Twitter del club de Manchester, a principios de febrero el delantero llevaba convertidos 118 goles en 119 partidos de local con el equipo. Es el máximo anotador de la actual temporada de la Premier y tiene el mejor promedio de gol entre los jugadores con más de 50 tantos, uno cada 107 minutos, por delante del egipcio Mohamed Salah. En 2019 sumó otra medalla: con sus 3 goles al Chelsea en la goleada 6-0, igualó a Shearer como los jugadores con más tripletes (11, en total) del fútbol inglés. Un video muestra la reacción de Shearer ante los tres goles de Agüero: «Increíble», dice el exdelantero, que sabe que el argentino lo pasará. En cualquier momento llegará otra vez a marcar 3 goles en un partido, lo que llaman «hat-trick».
Aun así, nada de esto parece generar el indulto de un sector de los hinchas argentinos que lo vinculan con el camino sinuoso que atravesó la Selección en los últimos tiempos. Ni siquiera su gol imponente ante Francia en la eliminación de Rusia puede rescatarlo. Y hasta para algunos fanáticos de Independiente, que lo vivieron de chico antes de que el último crack del club se fuera al Atlético de Madrid, el Kun también tiene su lado antipático por haber renovado con el City hasta 2021 cuando esperaban que regresara al lado rojo de Avellaneda. Scaloni, con quien mantuvo una discusión cuando el ahora entrenador era colaborador de Sampaoli, tampoco lo convoca. Por ahora, no lo tiene en cuenta. Se basa en la idea de que quiere una renovación en el equipo, aunque eso no excluya a otros jugadores históricos. Pero el Kun, acaso el delantero más determinante del mundo en estas horas, sabe cómo convencer a quienes le ponen desafíos. Lo demostró en Inglaterra. Está dispuesto a demostrarlo en la Argentina.