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A máxima velocidad

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Max Verstappen, de 21 años y animador de la temporada con Red Bull, ostenta el récord de ser el piloto más joven en ganar una carrera. Las virtudes técnicas y su alto perfil lo proyectan como la nueva figura de la categoría. La herencia familiar.


Austria. Parado sobre su auto, el conductor festeja su primera victoria de 2019, en Spielberg. (Hochmuth/APA/AFP/Dachary)

Talentoso, veloz, arriesgado y carismático: Max Verstappen encarna a la perfección el modelo de piloto que necesita la Fórmula 1 para recuperar brillo y emoción en tiempos donde la tecnología dejó en segundo plano las habilidades conductivas.
A los 21 años, el piloto nacido en Bélgica que se nacionalizó holandés puede presumir de haber corrido más de 90 grandes premios y de haber logrado seis victorias, además del récord de erigirse como el conductor más joven en ganar una carrera en la categoría reina del automovilismo. Pero más allá de los números, por capacidad y personalidad, no son pocos los especialistas que estiman que marcará una época en la F1. «Es un talento que aparece una vez en décadas. Como sucedió con Senna», aseguró Helmut Marko, detector de talentos de Red Bull. «Es el piloto que está en mejor forma», resaltó Christian Horner, director deportivo de la escudería austríaca. «De hecho, creo que durante los últimos 12 meses ha sido el mejor del mundo», añadió Horner que no dudó en «apostar por Max» si tuviera el mismo auto que Lewis Hamilton.
Tan determinante es hoy Verstappen que ya comenzaron las especulaciones sobre su futuro: ¿Dará el salto a Mercedes para compartir escudería y armar un Dream Team con Hamilton, forzando la salida de Valtteri Bottas? ¿Se irá a Ferrari para reemplazar a Sebastian Vettel? ¿O se quedará en Red Bull, apostando por un auto realmente competitivo para conquistar el campeonato? Por ahora son preguntas sin respuestas. Lo concreto es que este año, en el circuito austríaco de Spielberg, el holandés obtuvo una victoria consagratoria. Su triunfo, dramático y sobre el final, evitó que Mercedes superara el récord de McLaren en lo que respecta a victorias consecutivas en la F1.

Cuestión de sangre
Los progresos de Verstappen se inscriben en su larga historia en este deporte: aquella que comenzó a los cuatro años cuando se subió por primera vez a un karting. La familia, en ese plano, cumplió un papel clave para que el holandés se dedique al automovilismo. Sin ir más lejos, su mamá, la belga Sophie Kumpen, es considerada como una de las mejores corredoras de karting de todos los tiempos y su padre, Jos Verstappen, participó en 107 grandes premios en la F1. Jos, al cabo, fue el impulsor de la carrera meteórica de su hijo al punto de que se encargaba de llevarlo a los circuitos en 2015 cuando Max, sin edad para manejar un auto de calle, ya estaba en condiciones de integrar la escudería Toro Rosso dado que tenía la licencia.
Luego de su rápido debut, debió luchar contra el escepticismo general, sobre todo después de la primera colisión en el Gran Premio de Mónaco. «Es muy agresivo, a veces demasiado», solía decir Vettel por aquel entonces. Ese duelo sumó nuevos capítulos que continúan hasta hoy. En su primera temporada en Red Bull, otra vez Vettel salió al cruce del holandés por una maniobra que juzgó desleal y merecía, según declaró, una dura sanción. «Es ridículo lo que ha hecho Vettel. Creo que tiene que volver al colegio y aprender a usar el lenguaje», disparó con apenas 18 años, ya a esa altura cautivando al público. Desde entonces, Verstappen no le rehuyó nunca ni a las acciones de riesgo ni a las polémicas. De hecho, dijo ser «víctima» de la deslealtad de pilotos de otras escuderías en las pruebas del Gran Premio de Shangai este año e incluso, en esta misma temporada, su victoria en Austria quedó envuelta en polémicas por la maniobra al límite con la que superó a la Ferrari de Charles Leclerc. Fiel a su estilo, no se quedó callado cuando le insinuaron una posible sanción: «Si estas cosas no están permitidas, ¿qué sentido tiene estar en la Fórmula 1? Tendríamos que quedarnos en casa».
De fuerte personalidad y grandes condiciones técnicas, Verstappen vive uno de los mejores momentos de su carrera. A pura velocidad, sin pausa, en sintonía con los intereses de una F1 que sabe que solo no alcanza con las destrezas del multicampeón Hamilton.

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