23 de agosto de 2019
Lanzamiento. Evo y Alvaro García Linera. (Friedman Rudovsky/AFP/Dachary)Rumbo a los comicios presidenciales del 20 de octubre, la campaña electoral en Bolivia muestra un oficialismo activo en materia de política exterior –acaba de firmar distintos acuerdos de cooperación con otros países del mundo–, mientras la oposición centra sus ataques contra Evo Morales. El líder del Movimiento al Socialismo (MAS) encabeza todas las encuestas, seguido por el expresidente, Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC). «Quiero ser el presidente de la mejor Bolivia de la historia», dijo Morales en un reciente acto, y agregó: «Tenemos un lindo plan, diseñado no solamente con miras al 2025 sino mucho más allá». Mesa, referente de la oposición, insta a los ciudadanos a terminar con «el autoritarismo» y cuestiona el «despilfarro de recursos públicos para propaganda oficial», en tanto acusa al MAS de impulsar una «guerra sucia», en alusión a una denuncia vigente que pesa en su contra por una presunta suma de dinero que recibió para ser vicepresidente del depuesto Gonzalo Sánchez de Lozada, en 2002. Las críticas contra el líder indígena comenzaron meses atrás cuando 12 senadores de la ultraderecha boliviana le enviaron una carta al presidente estadounidense, Donald Trump, para que intervenga ante la Organización de Estados Americanos y «evitar que Evo Morales vuelva a postularse a la presidencia». En la nota mencionan que el actual presidente «violó» los resultados del referendo de 2016 en el que perdió la elección para postularse por un nuevo mandato. Cabe recordar que la Justicia, con respaldo de la ONU, habilitó la postulación de Evo.