25 de febrero de 2014
Las crecientes protestas contra la pobreza y la corrupción en Nairobi obligaron a Kenia a establecer un nuevo sistema de control para el Parlamento. Los legisladores deberán fichar con sus huellas digitales tras comprobarse que una gran mayoría de ellos no acudía a las sesiones y que solían designar a un compañero para que falsificara sus firmas en los registros. Justin Muture, portavoz del cuerpo, defendió la nueva metodología y recordó que las leyes indican que más de ocho ausencias dejarán a los congresistas fuera de su banca. Una gran parte de la opinión pública duda de la eficacia de la medida, sobre todo porque aún se recuerda el último aumento de sueldo que el Parlamento se dio a sí mismo, llevando a sus integrantes a estar entre los mejores pagos del mundo en un país que sufre de crisis laboral permanente.