1 de junio de 2020
Las protestas por la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano que fue asesinado por un policía en Minneapolis, se extendieron durante el fin de semana a múltiples ciudades del país. La alcaldesa de Washington D.C. decretó el toque de queda y desplegó a la Guardia Nacional, y se reportaron disparos en los alrededores de la Casa Blanca. Decenas de ciudades en el país vivieron intensas jornadas de protestas contra el racismo y la violencia policial, con episodios de fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad. El lema «No puedo respirar», las últimas palabras del afroamericano George Floyd antes de morir bajo custodia policial, fue el más coreado desde Nueva York hasta Los Ángeles. Las marchas más multitudinarias empezaron en Minneapolis, en el norte del país, donde el policía blanco Derek Chauvin mató a George Floyd, al arrestarlo por ser sospechoso de haber usado un billete falso de 20 dólares. Chauvin inmovilizó a Floyd presionando su rodilla contra el cuello del detenido durante más de ocho minutos, provocándole asfixia. Floyd, quien había expresado en repetidas ocasiones que no podía respirar, murió poco después mientras recibía atención sanitaria. Al menos unas 40 ciudades de Estados Unidos impusieron este domingo toques de queda.