Cada vez más clubes cuentan con áreas destinadas a visibilizar las demandas de las mujeres. Los protocolos contra la violencia y la lucha para que se cumpla con la ley de cupo femenino. Opinan referentes de entidades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
6 de octubre de 2020
Activas. Belgrano de Córdoba, Vélez e Independiente, tres entidades con departamentos que impulsan encuentros y actividades de concientización. (Julieta Comentario/Prensa Club Atlético Belgrano-PreNsa Club Atlético Vélez SarSfield-@generoCai)
En los clubes del fútbol argentino, las mujeres ocupan apenas el 4% de los cargos dirigenciales, a pesar de que una ley nacional de 2015 fija el número en al menos el 20%. Y solo un club tiene presidenta (Lucía Barbuto, de Banfield). Aunque en el último lustro hubo novedades: la creación de áreas de género en los clubes y, como en el caso de Rosario Central y San Lorenzo, hasta la modificación del estatuto para incluir el cupo femenino en cargos de comisión directiva. Pero también existieron la redacción y aplicación de protocolos contra la violencia de género y, si se quiere, más atención al fútbol femenino desde su semiprofesionalización en 2019. Al respecto, Acción habló con seis socias que integran departamentos y áreas de género –y algunas hasta son dirigentas– para saber cuál es el papel que desempeñan esos espacios en la vida política de cada club y cuáles son sus principales conquistas y demandas.
Nuria Escobar integra la Subcomisión de Género de San Lorenzo y, desde este año, también es vocal del oficialismo. Es una de las tres mujeres dirigentes en el club. «Los clubes son cajas de resonancia y por eso son muy importantes las áreas de género –dice Escobar–. Hay cuestiones sociales que se reproducen en los clubes y, sobre todo, en el fútbol, el deporte principal. En ese marco hay que trabajar con perspectiva de género». Escobar recuerda que, en la última reunión de la Subcomisión antes de la pandemia, lograron establecer el protocolo de prevención y acción contra la violencia de género con capacitaciones en todo el club. Y algo más: como ocurrió en Vélez, los últimos futbolistas que firmaron contrato en San Lorenzo aceptaron una cláusula que indica que será apartado del plantel ante una denuncia de violencia de género y, ante una sentencia judicial, directamente habrá rescisión del contrato sin resarcimiento económico.
«El surgimiento en Vélez del primer Departamento de Género contra la violencia machista, con su protocolo y una cláusula específica e inédita para todos los jugadores del fútbol masculino profesional, marcó un camino», acepta Paula Ojeda, a cargo del área Vélez Género y Feminismo, creada en 2018, y vicepresidenta del fútbol femenino. La discusión se abrió cuando el club incorporó a Ricardo Centurión, denunciado por violencia de género. Y en junio, después de que el futbolista Miguel Brizuela, de la Primera, recibiera una denuncia por violencia de género, Vélez lo separó del plantel. «Pudimos instalar en las agendas de las organizaciones deportivas nuestro trabajo –remarca Ojeda–, aunque aún falta mucho recorrido y tengo claro que colocamos muchas veces en aprietos a la dirigencia, pero algún día todas y todos deberemos mostrar el compromiso y decisión política para poner la espalda y hacerse cargo».
Con otra perspectiva
La participación de las mujeres sigue avanzando en muchos otros clubes argentinos. Nora Aguirre es la presidenta del Departamento de Género y Equidad de Independiente. Entró a la vida política del club por las peñas, en 2015, y luego impulsó el cambio de nombre de la antigua Subcomisión de Damas a Subcomisión de Mujeres, hasta la última modificación. «Fue todo a pulmón y lento», admite Aguirre, y agrega: «En general, siempre encontramos apoyo a todas las iniciativas por parte de la dirigencia. Partimos de la marcha Ni Una Menos, fuimos a los Encuentros Nacionales de Mujeres, hicimos campaña con los jugadores contra la violencia de género y el cáncer de mama. Y también ayudamos mucho al fútbol femenino, visibilizando su lucha después de que descendiera en 2017, porque las chicas tienen muchas necesidades en cuanto a indumentaria y viáticos y hasta viandas. El fútbol es el bastión del patriarcado». Aguirre reseña que Independiente ya tiene su protocolo de violencia de género y repasa las principales luchas a corto plazo. «La próxima discusión –marca– es el cupo y la paridad para pensar el rol de las mujeres en la gestión; el tema es saber qué pasará cuando las mujeres empecemos a discutir de deportes dentro de cada club».
También en el interior del país el protagonismo de las mujeres viene creciendo. Carla Facchiano, por caso, milita en la vida política de Rosario Central desde hace más de 20 años. Hoy es vocal e integrante de la Secretaría de Género de la entidad, único club del Interior con su equipo femenino en Primera. Facchiano coincide con Aguirre, de Independiente: «En muchas oportunidades, las mujeres no tuvimos ni voz ni voto. La Secretaría expone los temas y acompaña un proceso de transformación. No es darnos un lugar para rellenar y cubrir espacios. Algunos dicen: “No hay mujeres para cubrir esos puestos”. Si no hay, es porque les cerraron las puertas». Camila Juncos, integrante del Área de Género de Belgrano de Córdoba, dice que el club fue el primero en la provincia con un espacio tal. «Y hace unos días Belgrano incorporó también cláusulas de género en sus contratos. Esto fue resultado de un recorrido de mucho tiempo de trabajadoras, hinchas, socias, militantes. Es una lucha colectiva, cuyo objetivo principal es abordar la responsabilidad de los clubes de pensarse con perspectiva de género, lo que implica la construcción de espacios libres de violencias y discriminación. Nos falta, pero estamos en proceso».
La agenda de género viene tomando impulso en clubes con menos visibilidad en los medios y de larga tradición. Luciana Caffarone, integrante del Departamento de Equidad y Género de All Boys, corrobora que la pelea es transversal y nacional. «El objetivo es incentivar la participación de las mujeres y diversidades dentro del ámbito del club e impulsar la perspectiva de género en las decisiones y resoluciones que se tomen desde la institución». En ese sentido, el fútbol argentino atraviesa una etapa de evolución, sazonada también con cursos de género a cargo de la Secretaría de Deportes de la Nación. La propia AFA creó su Departamento de Género y tuvo por primera vez en 2017 una mujer en el Comité Ejecutivo (Maria Sylvia Jimenez, presidenta de San Lorenzo de Alem, de Catamarca). Aunque la inequidad continúa en el fútbol, la realidad empieza a acercarse más a lo que sucede fuera de la cancha.