14 de mayo de 2014
«La escritura es como el hambre o como la sed. No se define por el placer o por el dolor que procura, sino porque es una necesidad que no se puede esquivar. Pero hay momentos en los que me desespero, en los que no estoy contenta y hay momentos de mucha plenitud. La mayor parte del tiempo la escritura se confunde con la vida, con los días normales que jalonan la vida de cualquiera.»