5 de mayo de 2021
La Lechuza. Familias damnificadas. (Paula Aguilera)
A casi dos meses del terremoto en San Juan aún quedan unas 50 familias de El Abanico –a 18 kilómetros al sur de la capital– que perdieron sus casas y están viviendo a la intemperie. Según la proyección oficial, más de 900 viviendas deben ser reconstruidas totalmente en los departamentos de Pocito, Rivadavia y Sarmiento, los más afectados.
«No hay una dimensión real del desastre», dice a Acción Miguel Ambas, de Radio Comunitaria La Lechuza. El conductor radial y militante social sostiene que «hay que perforar el cono del silencio respecto a lo que pasó con el terremoto. El Gobierno provincial hace de cuenta como que todo está solucionado y los medios hegemónicos locales y nacionales siguen esa línea, entonces parece que no pasó nada, pero hay mucha gente que la está pasando muy mal».
Los hombres de la mayoría de las familias afectadas trabajan como peones rurales temporarios en la cosecha de la uva, el tomate y el ajo o son obreros de la construcción, changarines, y las mujeres, empleadas domésticas por hora. Gastón Oro es uno de esos casos. Con una casa de adobe que ya no está en pie, un hijo de 5 años y una hija de 2, tuvo que salir de apuro con lo puesto porque el techo se les venía encima. «No se pudo rescatar casi nada», dice Gastón que junto con su familia están durmiendo bajo un techo de nylon a un costado de la radio La Lechuza.
El 10 de febrero, cansados de no ser escuchados por las autoridades, un grupo de vecinos cortó la ruta nacional 40 a la altura de la calle 17. «Al rato llegó la policía para desarmar esta concentración con balas de goma», cuenta Miguel Ambas. Funcionarios y representantes del Estado municipal y provincial les dijeron a las familias damnificadas que debían demoler los restos de escombros y adobe y preparar el terreno para soluciones habitacionales de emergencia. Sin embargo, esta respuesta aún no llega. «Hasta el momento, de las 70 familias que perdimos las casas en el terremoto, salieron favorecidas 19 –dice Oro–, el resto seguimos esperando».