30 de junio de 2021
El aprendizaje del oficio es un capítulo aparte. Un librero que se inicia se forma por la transmisión de los mayores y por el contacto cotidiano con los libros. «Empecé con un librero español que se llamaba Sinesio, muy riguroso en cuanto al orden de los libros y al trato con los clientes. Lo que transmitía era que el amor al libro pasaba por cuidar, conocer y poder recomendar con fundamento», comenta Claudia Schvartz. Con la perspectiva del librero de usados, Patricio Rago se formó en los puestos de Parque Centenario y de Parque Rivadavia: «Me dediqué al rubro porque soy un lector de usados. En los años 90 recorría las ferias y la avenida Corrientes buscando el precio más barato. Así se formó también una mística del libro usado. El saber del librero es muy específico y va más allá del saber sobre literatura, porque tiene que ver también con el libro como objeto. Particularmente me siento un privilegiado, vivir rodeado de libros me parece un sueño».