12 de julio de 2021
Facundo Campazzo, Gabriel Deck y Luca Vildoza encabezan la renovación en la NBA. La huella de la Generación Dorada y la influencia de los clubes de barrio.
Arribos. El cordobés y el santiagueño, esta temporada. El marplatense llega desde el Baskonia. (Steph Chambers/Getty Images/AFP – Wesley Hitt/Getty Images/AFP – Jeff Pachoud/AFP)
En 2019, después de 20 años, no hubo ningún argentino en la NBA, la liga de básquet más rica y poderosa del mundo. Entre 2007 y 2008, los basquetbolistas argentinos, con Emanuel Ginóbili como bandera en San Antonio Spurs, habían alcanzado la cifra récord de seis. La etapa de transición se iniciaba, aunque no se extendería la sequía: apenas dos años después, hay tres argentinos en el básquet de Estados Unidos: Facundo Campazzo en Denver Nuggets, Gabriel Deck en Oklahoma City Thunder y Luca Vildoza en New York Knicks. A ellos se suma Pablo Prigioni, exNBA y actual asistente técnico en Minnesota Timberwolves, que a la vez eligió a Leandro Bolmaro en el último Draft, el sistema en el que las franquicias, en orden inverso a las posiciones finales de la temporada, incorporan jugadores menores de 23 años. El desembarco, la nueva ola argentina en la NBA, certifica un nuevo paso hacia adelante de un grupo de jugadores que supo sobreponerse a la herencia de la Generación Dorada y lograr el subcampeonato en el Mundial de China 2019.
En la temporada 2020/2021 de la NBA, Campazzo, el cordobés de 30 años, jugó 73 partidos (65 en la fase regular y 8 en los playoffs) y completó 464 puntos, 266 asistencias, 155 rebotes y 93 robos. Denver Nuggets cayó en la semifinal de la Conferencia Oeste ante Phoenix Suns. Deck, de 26 años, jugó diez partidos con Oklahoma City Thunder, siempre como suplente. El Thunder, después de nueve derrotas en serie, ganó en el cierre de la temporada regular. Deck promedió 8,4 puntos, 2,4 asistencias, 4 rebotes y 0,8 robos en 21,2 minutos. Nada mal para una primera experiencia corta y sin adaptación a la NBA después de su llegada desde Real Madrid de España. Vildoza, en cambio, no llegó a debutar en New York Knicks, clasificado tras ocho años a los playoffs pero eliminado en la primera ronda frente a Atlanta Hawks. Vildoza, de 25 años, será entrenado por Tom Thibodeau, elegido el mejor entrenador de la temporada en la NBA.
«Es increíble lo que está pasando en los últimos meses. Es algo de lo que hay que tomar dimensión. Nosotros, los jugadores, creo que no la tomamos. O yo, por lo menos. Es increíble que estén todos dando ese salto de nivel –dijo Campazzo–. Es merecido porque en sus clubes hicieron un tremendo trabajo. También porque cuando fuimos más pibes la Liga Nacional nos dio la oportunidad de demostrar que podemos jugar y dar el salto de calidad a Europa». Campazzo recaló en la NBA después de cinco temporadas en España entre Real Madrid y UCAM Murcia. Deck jugó tres años en Real Madrid. El marplatense Vildoza hizo lo propio cinco temporadas en Saski Baskonia, también de España. Y Bolmaro, el argentino que puede sumarse en los próximos días a la NBA, fue clave a los 20 años en el triunfo de Barcelona ante Real Madrid en las finales de la Liga ACB.
Factores comunes
Vildoza será el decimoquinto argentino en jugar en la NBA. Antes lo hicieron Rubén Wolkowyski, Juan Ignacio Sánchez, Ginóbili, Carlos Delfino, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Walter Herrmann, Luis Scola, Pablo Prigioni, Nicolás Laprovittola, Nicolás Brussino y Patricio Garino. Cuando la selección argentina perdió la final del Mundial de Indianápolis 2002, después de eliminar por primera vez en la historia a un dream team de Estados Unidos, ningún argentino había jugado en la NBA. Luego brotó la Generación Dorada, la del oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la del récord de presencias en la NBA. Lo que vendrá ahora está en manos de otros argentinos con sello NBA. Entre los 15 seleccionados por Sergio Hernández, el técnico del seleccionado para los Juegos de Tokio, aparecen Campazzo, Laprovittola, Vildoza, Brussino, Deck, Garino y Scola. Y, también, el drafteado Bolmaro y Francisco Cáffaro, que juega en la Universidad de Virginia, en el básquet universitario de Estados Unidos. En el desembarco argentino también hay un trasfondo comercial: los usuarios de la plataforma League Pass, que transmite todos los partidos de la NBA, aumentaron un 95% durante 2021 en Argentina, noveno país con más abonados en el mundo.
El factor común entre los argentinos en la NBA es el origen: los clubes de barrio. Todos tuvieron más de diez años de formación. Según un relevamiento de la Asociación de Prensa de Básquetbol de Argentina, en el país hay entre 1.200 y 1.500 clubes con básquet en formato «competencia», algunos de ellos federados en una liga. Y en referencia a «iniciación», el número crece a 3.000. Campazzo surgió del club Municipalidad de Córdoba; Deck se inició en Mitre de Colonia Dora (Santiago del Estero); y Bolmaro dio sus primeros pasos en el club Almafuerte de Las Varillas (Córdoba). No hay ningún argentino de los que llegaron a la NBA nacido en la Ciudad de Buenos Aires. «Hay que valorar lo que es el básquet argentino en su totalidad. Si Deck pasó a Quimsa desde Colonia Dora, un pueblo de 4.000 habitantes de Santiago del Estero, y desde ahí empezó su camino, significa que podemos tener talentos escondidos en cualquier punto del país», dice Silvio Santander, actual entrenador de San Lorenzo de Almagro en la Liga Nacional, asistente técnico de la selección argentina y primer director técnico de Deck en Quimsa. Los talentos escondidos juegan hoy en la NBA, una liga que los potencia, y que espera a otros argentinos por antecedentes más que auspiciosos.