30 de julio de 2021
Gabriel García Márquez
Random House
512 páginas
La obra de Gabriel García Marquez finalizó la vuelta solar que convierte a su nombre en un clásico. Escritor de su aldea, creador de un género, representante de un continente; ganador de un Premio Nobel, de fama mundial; blanco de repudios ideológicos, caricaturizado por viejas nuevas generaciones, ninguneado por lectores snobs; destinatario de rescates que parecían pedidos de disculpas y de valoraciones estilísticas por parte de novísimos escritores: son los distintos estadios de una gira mágica y real que lo convierte en una de las vacas sagradas de nuestras letras. Un autor que leemos, canibalizamos y volvemos a leer por la importancia de sus libros. La excusa que tenemos en estos días para volver a disfrutar de su escritura es la publicación de Camino a Macondo, que concreta una de esas buenas ideas editoriales que surgen cada tanto. En esta ocasión, la propuesta fue juntar en un mismo tomo los cuentos, novelas, apuntes donde le fue dando forma a Macondo, el pueblo que vio nacer, morir y multiplicarse las ramas genealógicas de la familia Buendía. El libro compila desde apuntes y relatos en donde Macondo no es nombrado pero va tomando color, hasta novelas clave como La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora, publicada un año antes de su obra cumbre Cien años de soledad. El proyecto literario de García Márquez estuvo atado a este territorio faulkneriano, pero con humedad y transpiración caribeña. Un espacio literario que, dicen, distorsiona de un modo onírico, maravilloso, su Aracataca natal. Un pueblo hecho con desperdicios de otras geografías, otras culturas. Un lugar mágico que, libraco en mano, da gusto volver a caminar.