12 de agosto de 2021
En Suiza conviven cuatro idiomas: alemán, francés, italiano y el local romanche. El uso de un lenguaje inclusivo comenzó a expandirse en los tres idiomas y poco a poco fue apareciendo en los documentos oficiales, los medios de comunicación y las escuelas. Pero al mismo tiempo, aparecieron sus detractores. Benjamin Roduit, del partido Demócrata Cristiano, presentó en marzo una moción para pedir a la administración federal suiza que respete las reglas de la lengua francesa «sin derogarlas en favor de la llamada escritura “inclusiva”». En tanto Pascal Gygax, un psicolingüista de la Universidad de Friburgo y autor del libro ¿El cerebro piensa en masculino?, defiende la «refeminización» de la escritura, incluso en las aulas. «Vemos una sociedad que empieza a darse cuenta del poderío patriarcal (…) de que todo gira alrededor de los hombres: desde el patio del colegio hasta la manera de vestirnos o de hablar. La cuestión del lenguaje –concluyó– forma parte de un movimiento que busca más igualdad».