3 de septiembre de 2021
La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó una demanda para suspender una ley de Texas que prohíbe interrumpir el embarazo después de las seis semanas, incluso en caso de violación o incesto, lo que fue considerado un fallo que favorece a los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense, que aspiran a anular una sentencia que data de 48 años atrás y que -a falta de una ley federal sobre el tema- permite el aborto en todo el país. El reclamo había partido de las ONGs Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), Planned Parenthood (Planificación Familiar), el Centro de Derechos Reproductivos y otras asociaciones habían pedido el lunes a la Corte Suprema que detuviera la aplicación de esta normativa por medio de una solicitud de amparo. La Corte -con mayoría conservadora tras las dos últimas designaciones de la era Donald Trump- no se pronunció sobre la constitucionalidad de esa ley estadual: se limitó a plantear «cuestiones de procedimiento complejas y nuevas», una forma leguleya de no pronunciarse abiertamente pero que deja consecuencias para otras normativas locales. El aborto en EEUU se encuentra amparado en el fallo Roe vs. Wade de 1973.