9 de noviembre de 2021
Con un discurso de unas 14 horas, el diputado socialista Jaime Naranjo emuló la táctica legislativa conocida en el ámbito anglosajón como «filibuster», que consiste en tomarse todo el tiempo del mundo en un debate con un objetivo determinado. En el caso de Naranjo, el propósito era que su correligionario Giorgio Jackson cumpliera con la cuarentena por ser contacto estrecho con un contagiado de Covid-19 y puedera votar en la moción para abrir un juicio político contra el presidente Sebastián Piñera por tener cuentas ocultas en cuevas fiscales, según aparece en los Pandora Papers. Naranjo comenzó a leer un documento de 1.300 páginas en la apertura de la sesión impulsada por la oposición, tras conocerse que la venta de la minera Dominga, por 152 millones de dólares, se realizó en las Islas Vírgenes Británicas, a través de una empresa que figura a nombre de los hijos de Piñera. La votación para el impeachment al presidente se presentaba muy ajustada para la oposición, y la derecha aprovechó esta circunstancia con la argucia de impedir que los legisladores tengan que estar presentes en la sala en virtud de que terminó el período de votaciones por Zoom. La respuesta de Naranjo fue demorar la sesión hasta ganar un voto presencial más, el de Jackson, que permitió finalmente aprobar la moción por 78 votos. La iniciativa ahora pasa a Senadores, donde el oficialismo tiene mayoría.