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Memoria audiovisual

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La búsqueda de películas y otros registros perdidos es una tarea que se puede asemejar a la de un detective privado. Casos emblemáticos y el rol del Museo del Cine.

 

Hallazgo mundial. La versión de Metrópolis encontrada en el Museo del Cine solo se había proyectado en Alemania.

Hernán Gaffet es realizador e investigador audiovisual. Hace unos años, en plena etapa de producción para su documental Argentina Beat, comenzó a buscar entre los noticieros de Sucesos Argentinos material sobre Los Gatos. Trataba de dar con la lata correcta, pero las imágenes de la legendaria banda rosarina no aparecían. «Durante mucho tiempo –ahora eso se mejoró– en el Archivo General de la Nación estaba todo mal catalogado, en el Museo del Cine también», cuenta.
En ese contexto, lo que Gaffet terminó encontrando fue un registro tan inesperado como útil a sus fines. «De pronto apareció un descarte, porque ni siquiera era la nota que fue al noticiero, con imágenes de Los Beatniks, que fue la primera banda que grabó rock en la Argentina, antes incluso que Los Gatos», dice el director de Argentina Beat. «Con Moris al frente, la banda salió a promocionar un disco simple arriba de una camioneta: con un altoparlante, iban cantando por la avenida Corrientes», describe. «Solo dos o tres libros de historia del rock argentino tenían una foto de ese día, pero no había fílmico dando vueltas. Y yo lo encontré», completa.
Cuando se habla de preservación del material audiovisual, suele perderse de vista el trabajo muchas veces similar al de un Sherlock Holmes que deben realizar archivistas e investigadores. El descubrimiento mencionado más arriba es apenas un ejemplo. Para Paula Félix Didier, directora del Museo del Cine, ser un archivista audiovisual «requiere una formación sistemática, en lo posible, y además una práctica». Ella y Andrés Levinson, otro de los integrantes del museo, explican a Acción que su labor implica no solo saber de cine, sino que es necesario poseer un «conocimiento histórico» que permita tener una noción amplia del valor de los materiales.
Uno de los casos más relevantes del último tiempo fue protagonizado por el investigador, historiador, crítico y coleccionista Fernando Peña, quien hace unos años dio con la única copia con el corte original de Metrópolis, de Fritz Lang. Programador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires y exdirector artístico del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), Peña había escuchado a finales de los 80, de boca del legendario cineclubista Salvador Sammaritano, que existía una copia más larga de lo usual del film alemán. A partir de entonces, Peña se pasó los siguientes años tratando de acceder al material, que había ido pasando de archivo en archivo. En 2008, con Felix Didier recién asumida como directora del Museo del Cine, descubrieron en pocos minutos lo que había tomado dos décadas: la cinta en posesión del museo era una versión solamente proyectada en Alemania en 1927. El hallazgo fue noticia mundial.
En otras ocasiones, la búsqueda de una película puede ser una acción derivada de una investigación previa sobre una época en particular o sobre la película misma. «Ese es un trabajo de detective, literalmente», dice Félix Didier. «Entonces hay que abrir la guía y buscar el apellido de alguien involucrado en esa filmación para ver si existe», ilustra. La iniciativa también suele provenir de otras personas, agrega Levinson: «Coleccionistas o meros individuos nos llaman y nos dicen “che, tenemos estas latas”. La experiencia y la formación te dicen de una manera bastante rápida si estás frente a un material que merece que le prestes atención o no».
Desde el Museo del Cine vienen rastreando el cine amateur local, que incluye desde registros que pueden considerarse históricos a ficción producida por no profesionales. Felix Didier explica que «el registro que tu papá o tu abuelo hicieron con su propia cámara va a ser único, no hay copias». Anualmente, la institución que dirige organiza la Jornada de Películas Familiares, cuya próxima edición tendrá lugar el 13 de setiembre. La idea empezó en Estados Unidos y Félix Didier la trajo a la Argentina. En las jornadas, que se realizan no solo en Buenos Aires sino también en otras ciudades del país, se invita a la gente a que lleve sus filmaciones para ser proyectadas y, de ese modo, intercambiar y compartir experiencias con otros participantes.
Además de realizador de Argentina Beat, Gaffet es parte del grupo de especialistas que colaboró en la redacción de la ley de creación de la Cinemateca Nacional, aprobada en 1999, pero reglamentada recién en 2009. En cuanto al perfil de los coleccionistas –una especie que tanto él como Félix Didier consideran en extinción– que van quedando, Gaffet asegura que «es un laburo tan personal, que depende mucho no solo del conocimiento, sino del carácter y de la relación que tiene cada uno con el resto del gremio cinematográfico. Hay algunos rasgos en común: suelen ser todos celosos del material que tienen».
En 2012 se realizó la serie documental Películas recuperadas, con idea original de Félix Didier y dirección de Lorena Muñoz. Los 8 capítulos del ciclo –disponibles tanto en YouTube como en www.cda.gob.ar– muestran la labor del equipo del Museo del Cine recorriendo todo el país en busca de esos tesoros de imagen y sonido dispersos por el territorio. «El 90% del cine mudo argentino y el 50% del sonoro está perdido», informa la sinopsis del programa. Por ese motivo, Gaffet considera de gran importancia «hacer una campaña de educación y concientización a nivel nacional» sobre las funciones de una Cinemateca Nacional. Una campaña de ese tipo, agrega, seguramente traería aparejado que aparezca gente con material valioso.

Diego Braude

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