20 de noviembre de 2021
Rafael Barradas
Quiosco de Canaletas, obra de 1918.
Rafael Barradas (Montevideo, 1890-1929) tuvo un recorrido itinerante: de su ciudad natal viajó a Milán muy joven, en 1912, con una beca de estudios, y luego partió a París, Barcelona, Zaragoza y Madrid, en estancias breves, pero fértiles para su trayecto artístico. En este periplo europeo entró en contacto con las vanguardias –cubismo y futurismo italiano–, y de ellas tomó los elementos que trazaron el núcleo de su propio «ismo», el vibracionismo. Esa fue la síntesis personal que cristalizó su estética: el movimiento vibratorio, fuente de emociones y sensaciones que el color y las formas provocan, como una suerte de orquesta pictórica. Barradas pintó la metrópolis, descompuso escenas de la vida urbana en formas geométricas de colores puros que le entregaron dinamismo a sus composiciones. Muchas veces, en el mismo plano ubicó objetos, personas, letras y números en una simultaneidad sin jerarquías que sumerge al espectador en un universo sonoro, el de la vida moderna de comienzos del siglo XX. En esta exposición antológica –curada por Enrique Aguerre– se pueden ver 130 obras entre óleos, acuarelas y papeles provenientes de la Colección del Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo (MNAV) y de colecciones privadas. Además, en diálogo con la producción de Barradas, hay una selección de obras de Joaquín Torres-García, otro referente de la modernidad latinoamericana, que fue su amigo y con quien tuvo un intercambio artístico fluido. (Malba)