6 de enero de 2022

Alejandro Duchini

El ex número 3 del mundo habla de sus expectativas y de su método de trabajo como nuevo capitán del equipo argentino de Copa Davis. El debut, en marzo.

A más de cinco años de la conquista de la Copa Davis, el tenis argentino busca recuperar protagonismo a nivel selecciones. Una de las grandes figuras del ciclo dorado de la disciplina, Guillermo Coria, asumió como capitán del equipo de la Davis, en lo que será su máximo desafío deportivo tras su retiro de las canchas, en 2009.
«En lo mental hay mucha diferencia entre jugar y dirigir. Lo que se me viene es una nueva experiencia acerca de cómo manejar lo mental, pero dirigiendo. Imagino que será una experiencia hermosa», le dice Guillermo Coria, capitán desde octubre, a Acción. El 13 de enero, Coria cumple 40 años (Rufino, provincia de Santa Fe). La madurez lo encuentra como sucesor de Gastón Gaudio. Rivales dentro y fuera de las canchas, hoy conviven. La final de Roland Garros que le ganó Gaudio en 2004 consolidó las broncas personales entre ambos. Pasaron casi 20 años. No son amigos, pero ahora charlan, pelotean, cenan y hasta viajan juntos.
En 2018, tras el despido de Daniel Orsanic, Coria, Gaudio y Guillermo Cañas conformaron un triunvirato que impulsó una renovación en la Asociación Argentina de Tenis, presidida desde entonces por Agustín Calleri. Dirigieron al equipo en la serie ante Colombia (4-0, en San Juan) y acordaron que el «Gato» Gaudio quedaría un período al frente del equipo y que luego sería reemplazado por Coria, quien tendrá desde ahora un año a pura competencia tras la cuarentena que obligó a suspender torneos en todo el mundo. «Tengo sensaciones nuevas. Y estoy con muchas ganas», agrega. Y también da cuenta de aquella experiencia en tierras sanjuaninas: «Lo que viví junto a Gastón, “Willy” Cañas y Gustavo Marcaccio me sirvió para sentirme más tranquilo ahora, porque esos primeros nervios ya pasaron. Saqué cosas positivas. Y las que no me gustaron de mí sobre cómo me manejé, que podría haber hecho mejor, me sirven para manejarme en marzo, cuando debutemos».
El cambio de mando, dicen desde la AAT, no tuvo rispideces. De hecho, Gaudio y Coria seguirán casi con el mismo equipo de trabajo. Quien se baja es el subcapitán Gustavo Marcaccio, aunque seguirá ligado al proyecto integral de la AAT. Martín «El Tero» García, hombre de confianza del «Mago», ocupará ese lugar.

Cuestión de experiencia
El primer gran desafío del «Mago», como apodan a Coria, será el 4 y 5 de marzo, cuando se dispute la clasificación a las finales de la Davis 2022. Argentina recibirá a República Checa en el Buenos Aires Lawn Tennis Club y se sabe que no será un reto fácil. «Cuando jugaba me gustaba que mi entrenador me transmitiese su experiencia, sobre todo en Copa Davis, donde hay mucha más tensión y otras cosas en juego que en el circuito, que es más personal. El jugador necesita la tranquilidad y la confianza que transmite el entrenador. Esas cosas las voy a tener muy en cuenta. Lo importante siempre es ser positivo. Decir las palabras justas en el momento justo. Estar muy lúcido, concentrado, en lo que pasa en el partido», explica.
Los cinco integrantes del team Coria son una incógnita, más allá de dos números puestos: Diego Schwartzman y Horacio Zeballos. El buen nivel de los jugadores es un aliciente. Hay muchos sub 21, varios de ellos son del Interior. Coria sigue de cerca lo que ocurre con los jóvenes, dado que ha recorrido las provincias en la última década y lo seguirá haciendo a través de un programa de charlas presenciales y virtuales con dirigentes.
Precisamente, y de cara al debut en la Davis, asoma una camada que va por un lugar. Entre ellos están los hermanos Juan Manuel y Francisco Cerúndolo, Sebastián Báez, Camilo Ugo Carabelli, Thiago Tirante, Tomás Etcheverry y Facundo Díaz Acosta. Habrá que ver cómo se adaptan a la alta competencia. Los otros que se mencionan para integrar el equipo del debut son Guido Pella, Máximo «Machi» González y Federico Coria, hermano del capitán. La gran incógnita es qué ocurrirá con Juan Martín Del Potro, quien no juega desde 2019 y se recupera de su lesión en la rodilla derecha. La relación con Coria es buena, pero su convocatoria a la Davis, de la que es símbolo, dependerá también de su nivel y sus ganas.
Entusiasmo, competencia, seriedad, responsabilidad y disciplina son las palabras que más se le escucharon al hablar de su futura gestión. Pero Coria va un poco más allá: «Estoy muy feliz. No veo la hora de que llegue marzo, de debutar, de estar con los jugadores. Quiero compartir entrenamientos con ellos. Tener el contacto más cercano con los jugadores y el cuerpo técnico. Imagino una experiencia excelente». No es para menos su ilusión. Vuelve al centro de la escena del deporte que lo proyectó como uno de los mejores tenistas argentinos de la historia.